viernes, 29 de junio de 2012

CAPÍTULO 7: ERES ESPECIAL


Sábado, domingo, lunes, martes… La semana pasó súper lenta.
En Sé lo que hicisteis nos habían dado un ultimátum, estábamos perdiendo mucha audiencia y el programa no podría mantenerse durante mucho más tiempo… A eso le sumábamos que Ángel quería abandonar, decía que estaba aburrido. En parte lo entendía, era comprensible que después de cinco años quisiera hacer cosas nuevas, nuevos proyectos; pero todos sabíamos, incluido él aunque no quisiera aceptarlo, que si se iba el programa iba a caer en picado.
Era ya viernes y aún no había llamado a Dani, me daba entre miedo y vergüenza. No quería que pensara que estaba desesperada por llamarle, aunque me moría de ganas de verlo.

Cuando acabó el programa me decidí a llamarle, me encerré en mi camerino y busqué su número en mi agenda. Llamar.
“¿Diga?”
“Hm… Hola, ¿Dani?”
“Sí, soy yo” Sonreí como una niña.
“¡Hola, soy Cris!”
“¿Cris, la Pedroche? Vaya, creí que nunca te dignarías a llamarme… Tendría que haberme quedado yo con tu número en vez de darte el mío”
“Jajajajaja, no seas exagerado. ¿Qué pasa, que me echas de menos, o qué?”
“Pues la verdad es que me muero de ganas de verte, ¿haces algo mañana a medio día?”
“Creo que no, y yo también tengo ganas de verte”
“Perfecto, te recojo a las dos en punto mañana en tu casa, ponte guapa, eh”

Colgó sin que me diera tiempo a despedirme y yo me senté en el sofá soltando una pequeña carcajada. Era… como nuestra primera cita oficial.
Pero… un momento. “Te recojo en tu casa”. ¿Cómo que me recoge en mi casa? ¿Cómo sabe dónde vivo? En fin… Será la costumbre, supongo que luego me llamará.

Llegó la noche y Dani aún no me había llamado, seguramente que haya arrepentido… Pero dijo que tenía ganas de verme. En fin, no sé.
Esa noche me acosté bastante tarde, se acercaban los exámenes y me quedé estudiando hasta las dos de la mañana… Menos mal que al día siguiente era sábado.
A la 1 y media seguía tirada en el sofá con mi pijama, un pantalón corto de rayas de colores y una camiseta de tirantes negra. Creía que Dani no vendría, no me había llamado y no podía saber donde vivo. A las dos menos cinco llamaron al timbre. Era él. No sabía como había encontrado mi casa, pero el caso es que yo seguía en pijama… No iba a dejarle abajo con el calor que hacía y le dije que subiera.
Le esperé apoyada en el marco de la puerta.
-¡Pero bueno, ¿qué haces así todavía?! –sonrió y me dio un beso en la mejilla de esos que tanto me gustaban-.
-Es que creía que no vendrías, ¿se puede saber cómo sabes donde vivo?
-Tengo mis contactos Pedroche… -le miré extrañada y se rió- Nah, es que llamé a Patricia y me lo explicó, no me ha costado mucho llegar.
-Jajajajaja, anda que sí… Pues siéntate si quieres, que me cambio en un momento.
-Vale… Pero así también estás muy guapa –sentándose en el sofá-.
-Lo siento por ti, pero solo unos pocos afortunados pueden verme en pijama.
-Sí, tus padres, tu novio y pocos más, ¿no? –Noté que la pregunta iba con segundas-.
Salí de la habitación ya vestida y peinada y cogí el bolso.
-Vaya, qué sutil has sido… Si tu pregunta es si tengo novio, la respuesta es no –le guiñé un ojo y sonrió-. ¿Y dónde vas a llevarme, si puede saberse?
-Eso es sorpresa, señorita. –Me tendió la mano y se la cogí encantada-.

Salimos de mi casa y me llevó a un restaurante precioso a las afueras de Madrid, pagó él, no me dejó que pagara nada, y luego nos sentamos en una explanada de césped no muy lejos del restaurante.
-Estás preciosa esta tarde, no te queda bien llorar. –Sonrió y le miré a los ojos-.
-Gracias… Algún día te contaré todo lo que pasó aquella noche.
-De momento cuéntame algo de ti, que tengo la impresión de que te conozco de toda la vida y en realidad te conozco muy poquito.
Le conté cosas de mi vida por encima; mi infancia, lo que estudiaba, que vivía con mis padres, cómo empecé a trabajar en el Selo… Me salté el incidente de Miguel, no quería pensar en él en ese momento, eso, como le había dicho, ya se lo contaría.
Él también me contó cosas de su vida y se me pasaron las horas muertas a su lado.
Estaba sentada entre sus piernas, con la cabeza apoyada en su pecho, mirando como atardecía. La verdad es que parecíamos una pareja. Me hizo el pelo a un lado para dejar mi cuello al descubierto y hacerme cosquillas en él. Entonces me surgió una duda, o más bien, una indirecta:
-¿Y tú eres así con todas las chicas? Quiero decir, que he oído que eres un ligón… -escuché como se reía y me puse seria-.
-Pues, ahora que lo dices… La verdad es que no. No soy de relaciones, eso es verdad, pero creo que es porque no he encontrado a ninguna chica que me haga sentir que quiero estar con ella para siempre, sois muy complicadas –se rió y yo también lo hice-. Pero para ligar suelo forzar las cosas, tratar de ser simpático o tratar de no ser yo. Contigo no tengo que hacer eso, me sale natural todo esto. Soy como soy, no finjo… Eres diferente a las demás. –Me giré y le miré de frente-.
-Creo que eso ya te lo he oído decir…
-¿Cómo?
-Sí, la noche que nos conocimos, al día siguiente dijiste eso en una entrevista. Creía que estarías enfadado conmigo por como me fui de la fiesta.
-O sea que ya lo sabías… ¿Entonces por qué me lo has preguntado? –Sonrió jugando con el césped-.
-Bueno… Quería oírtelo decir a ti.
-Anda que sí… -se rió y se levantó-. Vamos, que te llevo a casa. Es tarde y tus padres estarán preocupados.
-Vale, pero si me prometes que quedaremos otro día –le doy la mano para levantarme y al hacerlo me quedo muy cerca de él-.
-Te lo prometo.
Sonríe y me da con el dedo en la nariz. Nos subimos a su coche y me lleva a casa. Bajamos y me acompaña hasta el portal.
-Gracias por este día Dani, ha sido increíble.
-De nada pequeña, otro día repetimos ¿vale?
-Claro que sí. –Sonrió y me di la vuelta para abrir la puerta-.
-Eh, eh, ¿no te vas a despedir de mí? –me giro y le miro-.

Me deja un beso, esta vez no en la mejilla, sino en la comisura de los labios y me susurra algo que no entiendo al oído, estaba demasiado nerviosa.
Veo como se aleja y suspiro, ¿cómo puede hacerme sentir tanto una persona que conozco de tan poco tiempo?
Supongo que eso no importa… Ahora sólo estaba deseando que volviera a llamarme y mejorar, si cabe, este día tan genial.

jueves, 28 de junio de 2012

CAPÍTULO 6: REPORTAJES IMPORTANTES


Pasaron las semanas y cada día me sentía más a gusto en Sé lo que hicisteis, pero seguía sin saber nada de Dani, aquel chico que me trató como si me conociera de toda la vida en la fiesta de Dani Mateo y Elena.
Yo me encargaba de los reportajes de calle, encuestas y demás, porque aún era ‘’novata’’, y Berta se encargaba de los reportajes más serios como fiestas o estrenos. La verdad es que tenía muchas ganas de hacer uno de esos, y se lo comenté a Patricia.
Me dijo que creían que yo no quería y por eso no me habían mandado ya un repor de ese calibre, pero que ella pensaba que estaba totalmente preparada. Mi primer reportaje importante fue una entrega de premios en Santander.
Estaba nerviosísima, podían pasar tantas cosas… Tenía miedo de olvidar el nombre de algún famoso, confundirlo con otro, hacerle alguna pregunta que le sentara mal… Cualquier cosa podría pasar.
El caso es que me armé de valor y salí a hacer el reportaje, el equipo me ayudó muchísimo y al final salió todo genial, y a los del programa les encantó.

La gente era muy cariñosa y me hablaban por twitter, facebook… ¡Incluso me llegaron a parar por la calle para hacerse fotos conmigo alguna vez! Aquello me gustaba muchísimo, mientras la gente no me agobiara, que en ese momento no lo hacía.
Los días que yo no tenía que salir en el programa, porque había más reporteras, me quedaba en mi camerino viendo a la competencia en una tele pequeñita que tenía allí. El programa era un poco infantil, y como tal no me gustaba mucho, pero me encantaba ver a Dani, ver su sonrisa… Era todo muy extraño, porque sólo le había visto una vez y aún recordaba la sensación que tuve cuando me abrazó.

Era viernes, me había levantado pronto para ir al programa a grabar unos sketches y en cuanto terminó el directo tuve que irme al preestreno de una peli a Callao.
Cuando llegamos allí estaba todo lleno de gente y nos costó un poco llegar hasta el photocall, pero teníamos licencia, por supuesto. Sé lo que hicisteis era un programa que ya estaba muy asentado en la televisión, e íbamos a todos sitios sin problemas. Me encantaba lo bien que se defendían los guionistas sin poder utilizar imágenes, así el programa era mejor todavía, aunque las denuncias costaran un ojo de la cara…
Nos pusimos en el sitio asignado para el programa, era bastante bueno y pudimos hacerle entrevistas a casi todos los famosos que pasaron por allí.
De repente vi posar a Flo en el photocall, se paró a hacer una entrevista con alguien de Cuatro y Telecinco, y a mí me dedicó una sonrisa y se fue. Flo se acordaba de mí… Me encantó saber que no era invisible para uno de mis ídolos.
Cuando creía que nada podía mejorar la noche, vi a Dani esperando para posar en el photocall y solté una carcajada tonta. Creo que él no me había visto y no sabía qué hacer… No podía poner la excusa de la entrevista para hablar con él porque al fin y al cabo era la competencia, no podríamos emitirlo, no tendría sentido.
A los cinco minutos hablando con la reportera de su programa, me vio, le dio a Romina un apretón en el brazo despidiéndose y ni siquiera la miró a la cara.
Conforme se iba acercando yo iba poniéndome más nerviosa.
-Hombre, Pedroche, volvemos a encontrarnos… -me dio dos besos cariñosos- Creí que no te volvería a ver, eres peor que la Cenicienta.
Solté una risa nerviosa y me alejé un poco de las cámaras.
-Cuánto tiempo Dani… Yo creía que tampoco volvería a verte.
-Pues lo siento por ti, pero parece que así es. –Sonrió y se acercó un poco a mí- Me alegra que esta vez estés sonriendo.
Agaché un poco la cabeza y subí la mirada, sabía a lo que se refería.
-Sí, bueno… En el trabajo no puedo hacer otra cosa. –Señalando a mi equipo- Esto es lo mejor que tengo.
-Eso es lo que tú te crees bonita, pero lo mejor que tienes soy yo –me guiñó un ojo y me ruboricé-.
-¿Tú? ¿Y cómo es eso de que te tengo, si te he visto dos veces? –ahora fui yo la que le guiñó un ojo a él-.
-Jajajajaja, -mordiéndose el labio- Bueno, es cierto. De momento quédate con mi número, ¿sí? –Me cogió el brazo y me apuntó su número de teléfono con un rotulador-.
-¡¡Dani, que esto luego no salta!!
-Pues mejor para ti, así no se te olvida llamarme. –Se rió y yo me reí también-. No, en serio Cris. Me encantaría volver a verte, llámame. Ahora tengo que entrar.
-Vale, te llamaré pronto –sonreí y cuando iba a darle dos besos él me cogió de la cintura y me dio solo un dulce beso en la mejilla, susurrándome al oído un “hasta pronto”-.

Noté la mirada de Romina, la reportera de su programa, clavada en mí. Si las miradas matasen yo ya estaría bajo tierra. Aunque en ese momento no me importaba nada, ¡había vuelto a ver a Dani!
También vi como Anna Simon me hacía un gesto con la mano desde el photocall como diciendo “¡vaya tela!” y me guiñaba un ojo.
Sonreí y me fui de ese estreno más contenta que nunca.
Lo primero que hice al llegar a casa fue copiar su número en un papel y guardarlo bajo llave, por si acaso se perdía… Esa noche volví a soñar con Dani.

miércoles, 27 de junio de 2012

CAPÍTULO 5: CONSEGUIRÉ CON CONFÍES EN MÍ


Había pasado una media hora desde que Miguel me mandó ese mensaje y yo seguía abrazada a Dani.
Escuché unos pasos detrás de nosotros.
-Cris, ¿estás mejor? He leído el mensaje y pienso que no deberías dejar que esto fuera a más –era Patri, que se acercaba a nosotros-.
Me levanté muy a mi pesar y fui hasta ella, no quería que Dani me escuchara, aunque tenía la voz muy alterada y al final acabó oyéndolo todo.
-Pe.ro Patri –cogiéndola de los brazos- ¿Có.mo coño sab.e que estoy aquí? Yo no se lo he dicho y… nadie más lo sabe. Tengo miedo.
Patricia me abrazó y llamó a Dani para que se quedara conmigo otra vez.
-Tranquila Cris, voy a preguntar a Mateo, a lo mejor él le conoce o algo… no sé. Tú quédate con Dani que yo ahora vengo.
Asentí con la cabeza y él me cogió de los hombros, no podía mantenerme en pie, me temblaban las piernas. Lo de Miguel estaba yendo muy lejos… ¿Cómo una persona podía tener tan poco corazón? Y sólo por no querer estar con él… No me cabía en la cabeza.
-Cris, ¿qué ha pasado? ¿Quién es ese tío? –Dani me apartó un mechón de pelo de la cara y me acarició la mejilla, yo estaba temblando-.
-No es nadie… Es… Bueno, que…
-Eh, eh, tranquila. No pasa nada. Al fin y al cabo nos hemos conocido hace tres horas, es normal que no me lo quieras contar. Pero conseguiré que algún día confíes en mí.

Sonreí a Dani levemente y él me abrazó secándome las lágrimas. No sabía por qué, pero me hacía sentir bien, sentía que con él estaba protegida y que nada podía hacerme daño.
En ese momento me vino una frase a la cabeza, “si no estás conmigo no vas a estar con nadie”. Me entró el pánico y empecé a respirar entrecortadamente.
Si Miguel sabía que estaba en la fiesta podría saber que estaba con Dani ahora mismo, y no sé qué podía llegar a hacer, ese tío estaba completamente loco.
Me levanté de la tumbona rápidamente y le dije a Dani que ya nos veríamos, que tenía que irme y le dejé allí. No quería despedirme así de él, pero no quería que las cosas se pusieran peor y ni siquiera le dí dos besos… Nada.
Fui corriendo dentro de la casa y le pedí a Patricia que me llevara a casa, necesitaba descansar.
Eran las tres de la mañana, más o menos, y aunque al día siguiente fuera sábado quería estudiar algo durante el día.
Cuando Patri me dejó en casa eran ya las tres y media, y mi madre, que me había esperado despierta, se preocupó por mí. Tenía los ojos hinchados y rojos, y todo el maquillaje corrido por la cara.
Me excusé diciendo que me habían tirado a la piscina, pero que la ropa se me había secado y parece que mi madre se lo creyó.
Me tumbé en la cama y acaricié las sábanas. Me dí cuenta de que no tenía el número de Dani y que quizás no le volviera a ver nunca más.
Cogí un peluche que se había caído al suelo y lo abracé fuerte. Soñé toda la noche con él.

Por la mañana me desperté a eso de las once y lo primero que hice fue meterme a la ducha. Encendí el agua caliente y cerré los ojos. Pensé en la noche anterior, en lo que me había convertido. ¿Yo, en una fiesta con Patricia Conde, Andreu Buenafuente, Ángel Martín, Flo…? Parecía un sueño. Pensé en Dani y en su forma de mirarme, su forma de abrazarme... Hasta el más mínimo gesto de secarme una lágrima o la más pequeña de las sonrisas me hacía estremecerme, no sabía qué me pasaba.
Había oído hablar de él, el típico chulito de rollos de una noche, pero al ser así conmigo no podía imaginármelo tal y como la gente lo describía, y quizás eso fuera un problema.

Salí de la ducha y puse la tele, al cambiar a Cuatro vi una entrevista a Anna Simon, la compañera de Dani y Flo en Tonterías las Justas. Habló un poco del programa y de su vida, pero nada interesante. La entrevista era en directo.
Cuando iba a cambiar de canal enfocaron a Dani y comenzaron a hacerle la entrevista a él:
“Y, Dani, nos hemos enterado de que eres un cabeza loca, ¿no? Seguro que anoche, viernes, saliste de fiesta”
“Bueno, sí, más o menos –se rió de esa forma tan peculiar suya-. Y conocí a una chica… -puso media sonrisa-.”
“Vaya, vaya, o sea, que Dani Martínez ligó anoche, ¿o qué?”
“No, la verdad es que no –en ese momento Dani miró a cámara, como si supiera que yo lo estaba viendo-. La chica que conocí anoche no es como las demás, tenía algo especial. Pero ni siquiera tengo su número y no sé si la volveré a ver, aunque espero que sí”.

martes, 26 de junio de 2012

~Entrada especial~

Bueno... Esta entrada no es un capítulo, esta entrada es para Sandra.
Para esa niña que me ha demostrado taaaanto, y que hoy es su cumpleaños.
¡¡FELICIDADES PRECIOSA!!
Siempre has estado ahí ayudándome cuando estaba mal. Tú dices que soy fuerte, pero yo no lo creo, creo que tú sí que lo eres y que eres un ejemplo a seguir para cualquier persona.
Hoy vas al RI, seguro que el mejor regalo que podrían haberte hecho... Vas a abrazar a las ñoñas y, con suerte, podrás verlos a ELLOS.
Te deseo que tengas el mejor cumpleaños del mundo, porque te lo mereces. Te lo mereces todo.
Sabes que aquí siempre vas a tener una amiga y que ojalá algún día podamos conocernos y darte un abrazo que te va a dejar sin respiración :3
De momento, te dedico esta entrada en mi blog y te mando miiiiles de millones de besos, cielo.
Que te quiero mucho, ¿vale? Pues que no se te olvide.
Disfruta de tu día, mi niña.
Att: tu princesa

lunes, 25 de junio de 2012

CAPÍTULO 4: LLÁMAME DANI


-¡Ah, pues parece que no! –Sonriendo ampliamente y dándole dos besos- Soy Cristina Pedroche, la nueva de Sé lo que hicisteis.
-O sea que tú eres la sustituta de Pilar Rubio… Espero que estés a la altura Pedroche. Soy Daniel Martínez, el tonto de Tonterías las Justas, luego están el gordo y la rubia, no sé si te los han presentado –mostró una sonrisa preciosa-.
-Encantada Daniel, y bueno, no creo que esté a la altura de Pilar, pero aprenderé mucho en el Selo, eso seguro.
-Llámame Dani –me guiñó un ojo y me mordí el labio instintivamente, creo que no me vio-
-Vale, Dani –sonreí- Y no, no me han presentado a los de tu programa… La chica rubia, ¿es tu novia, no? –Aunque Miki me hubiera respondido, necesitaba preguntárselo, me salió solo-.
-¿Anna? –riendo- ¡Qué va! Eso es lo que todo el mundo cree, pero no, no. Sólo somos amigos.
-Ah, lo creía por los comentarios de vosotros en las redes sociales, y todo eso –sonreí esperando no haberla cagado-
-Nah, qué va… ¿Quieres que te los presente? –se levantó pero le agarré el brazo-
-No, no, no. Me da mucha vergüenza… Llevo siguiendo a Flo en la tele desde que era pequeñita y es como… no sé. –Agaché la mirada y él me levantó la cara con su mano-
-Vamos Cristina, no seas tonta, si eres un encanto.
Ese chico, tan atento… Me encantaba su forma de tratarme, pero no quería ilusionarme.
-Bueno, vale… Pero llámame Cris –le guiñé un ojo y entré dentro de la casa dejándole a él fuera-.

Dani acabó presentándome a sus compañeros y fueron encantadores. Flo era como un amigo de toda la vida una vez que hablabas un poco con él, y Anna siempre tenía una sonrisa para ti. Podía llevarme bien con ellos perfectamente.
En ese momento pasó Patri por atrás de nosotros.
-Eh Cris, no te encariñes mucho con ellos que son la competencia, eh. –Sonrió y le dio un abrazo cariñoso a Flo-.
Sabía que era una broma pero… ¿hasta qué punto?
Ni ella ni yo sabíamos en aquel momento lo mucho que acabaría encariñándome con ellos, especialmente con uno de ellos…

La fiesta siguió y a las doce y media, más o menos, me llegó un whatsapp de Miguel: “ya veo que estás de fiesta hoy… Ten cuidado, no vaya a pasarte nada, y vuelve pronto a casa ;)”
¿Qué? ¿Cómo coño sabía Miguel que estaba en una fiesta? Empecé a tenerle miedo, mucho miedo. Miré hacia todos lados con el móvil en la mano y comencé a marearme.
Todo me daba vueltas y me dolía el estómago, me faltaba el aire. Cuando creía que iba a caerme al suelo una mano me sujetó firmemente el brazo, era Dani.
-¿Cris? Eh, Cris ¿estás bien? Estás muy pálida…
Lo único que hice en ese momento fue abrazarme a Dani y llorar, me daba igual si alguien estaba mirando, esto me superaba…
Aún estaba mareada pero noté como Patricia cogió mi móvil del suelo y leyó el mensaje, y la escuché decir algo como “otra vez este hijo de puta…”
Oí cómo le dijo a Dani que ella se quedaba conmigo para tomar el aire fuera, que lo necesitaba, pero Dani se ofreció a quedarse él y ella accedió.
Dani me sujetó de los hombros y me sacó al jardín. Nos sentamos en dos tumbonas al lado de la piscina, él en una y yo en otra.
Al recordar el mensaje me senté a su lado y me pegué a él.
-No me dejes sola… -aún llorando-.
-Tranquila, que estoy aquí. No llores. –me dio un beso en la cabeza y apoyé la mía en su hombro-.
Al rato me conseguí tranquilizar. O él consiguió que me tranquilizara, mejor dicho.
Acababa de conocerle hacía dos horas, pero sentía que ese chico tenía algo especial.

domingo, 24 de junio de 2012

CAPÍTULO 3: LA FIESTA



Eran las ocho de la tarde y Patricia pasaba a recogerme a las nueve, aún tenía que vestirme, peinarme, maquillarme…
Me había quedado dormida en el sofá la mitad de la tarde, el programa era muy cansado a pesar de que me lo pasaba genial con todo el equipo, y al llegar a casa me veía obligada a estudiar para no decepcionar a mis padres.

Me levanté del sofá con pereza… Estuve a punto de decirle a Patri que no quería ir, me estaba empezando a arrepentir, pero si Mateo quería que fuera no iba a hacerles el feo. Tenía que integrarme lo máximo que pudiera en el programa, además Patricia me había dicho que no me dejaría sola.
Me peiné y me maquillé sencilla, con un poco de sombra de ojos y el pelo liso y suelto. A las ocho y media empecé a elegir vestido… Era un desastre para esas cosas y dejé la habitación hecha una “leonera”, como decía mi madre.
Al final opté por una falda de tuvo ajustada rosa y una camiseta de tirantes negra, con unos tacones negros también. Quería ir sencilla.
A las nueve y cinco Patri llamó a mi casa y bajé las escaleras hasta el portal, encontré su coche y subí.
-¡Guau Cris, qué guapa! Cuando quieres dejas de ser una niña –me guiñó un ojo y yo me reí, me partía de risa con ella siempre, era genial-
-Vamos, no seas exagerada… ¡Si voy súper simple! Tú si que vas guapa. –Sonreí a Patri y ella arrancó el coche para poner rumbo a la fiesta de Dani. Llevaba un vestido negro precioso que ella misma había diseñado, era toda una artista-.

Cuando llegamos allí empecé a ponerme nerviosa, pero no demasiado, ya que sólo habían llegado los de El Intermedio y mis compañeros del Selo. No iría mucha gente, era una fiesta íntima.
Les dí la enhorabuena a Dani y a Elena por su compromiso y éste me presentó a todos, eran un encanto conmigo, se portaron muy bien. Sabían que estaba nerviosa y trataron de calmar el ambiente en todo momento para que me sintiera a gusto, y la verdad es que lo consiguieron…
A la media hora de llegar nosotras llegaron Andreu y Berto, muy majos también. La fiesta empezó y al cabo de una hora más o menos llegaron Flo y su equipo.
Todo el mundo les saludó y ellos se excusaron diciendo que habían tenido que grabar un programa de la semana siguiente. No hubo presentaciones, y como la fiesta ya estaba avanzada tampoco fui a presentarme, me daba vergüenza porque ellos no sabían ni que yo existía.

No había visto nunca el programa de Flo, ni siquiera sabía quienes eran los dos chicos que iban con él. A Flo lo había visto en Splunge, El Informal, El Show de Flo… Había hecho un montón de programas y era increíble, en mi casa nos encantaba, sin embargo no seguimos el nuevo programa que hizo, Tonterías las Justas.
Sé que los colaboradores se llamaban Anna y Daniel, pero no sabía nada más de ellos.
También parecían un poco nerviosos. Supuse que eran pareja, porque estaban siempre juntos, así que no me fijé mucho en ellos, pero eran muy guapos los dos.
El chico, Daniel, se hizo en seguida con la fiesta, parece ser que era amigo de Mateo y estuvieron todo el rato haciendo bromas. Era bastante gracioso, la verdad.
Fue cuando Miki me dio dos toquecitos en el hombro cuando me di cuenta de la cara de empanada y la sonrisa tonta que se me había quedado mirando a ese tal Daniel…
-¿Qué, Cris, te gusta Dani? –me asusté y me di la vuelta nerviosa-.
-¿Qué dices Miki? ¡Si estamos celebrando que se casa! –intenté hacerme la loca pero no coló-.
-Sí, sí, claro… Cris, que sabes que no me refiero a ese Dani …
-Va Miki, ¿pero qué dices, aquel flipado de la camisa de cuadros? ¿Pero no está con la chica rubia?
-¿Con la Simon? Qué va, qué va… Ella tiene novio en Barcelona, pero son muy buenos amigos, aunque la gente se monte películas sobre que están juntos y esas cosas… Lo típico, confusiones por culpa del guión. –Miki sonrió y me dejó allí sola-.

¿Entonces Anna y Daniel no eran novios?
“Cris, pero ¿a ti qué te importa?”
Decidí salir a tomar el aire a la terraza con mi copa y me senté en un sillón bastante cómodo. Dani tenía una casa preciosa a pesar de estar en el centro de Madrid.
A los diez minutos de estar allí sola noté como alguien se sentaba a mi lado en otro sillón.
-Hola, creo que no nos han presentado...

viernes, 22 de junio de 2012

CAPÍTULO 2: UN COMIENZO AGRIDULCE


Caminé por los pasillos preguntado dónde estaba el camerino 4, aquello era enorme y me estaba haciendo un lío impresionante.
Iba por el pasillo leyendo los numeritos de las puertas. 16, 15, 14, 13, 12… Cuando de repente choqué con alguien y me dí un golpe en la cabeza.
-¡Ay, joder!-poniéndome la mano cuidadosamente en la frente-De esta me sale un chichón seguro…
-Vaya, perdona… Tú debes de ser Salomé, la nueva, ¿no?
-No –intenté poner una sonrisa a pesar del golpe- Soy Cris, una de las “finalistas” del casting de reporteras.
-¡Ah, vale! Entonces creo que he llamado Cris a otra de las chicas… En fin, soy Dani Mateo. Encantado –dándome dos besos-
-Sí, ya sé quien eres… Quiero decir, que… Te veo por la tele y eso, y… Bueno…
-Jajajaja, tranquila Cris, no te pongas nerviosa que todos hemos pasado por esto –pellizcándome la mejilla- Si te sirve de algo… eres la más guapa de las tres.
-Vaya, muchas gracias –agaché la mirada muerta de la vergüenza, pero sabiendo que iba a llevarme bien con Mateo- Y Dani, una cosa… ¿me puedes decir dónde está el camerino 4? Me estoy volviendo loca.
-Claro, vente, que te acompaño. Yo voy para allá también –esbozando una sonrisa que me inspiró confianza-

Seguí a Dani por varios pasillos hasta llegar al camerino de Patricia. Cuando él iba a abrir la puerta yo me quedé mirando el picaporte sin saber qué hacer, y él al notar que estaba nerviosa me dio un apretón en la mano y me animó a entrar allí.
Desde que Dani me presentó fue todo sobre ruedas, Patricia fue un encanto conmigo y me enseñó el croma, cómo hacían los vídeos, el guión… Creía que fuera de cámaras sería más estirada, pero me demostró con creces que no era así, que era una persona estupenda e igual de graciosa que cuando las cámaras se encendían.
Estaba muy contenta y no podía dejar de sonreír, incluso conseguí olvidar a Miguel durante las horas que estuve con ellos. Patricia me presentó a Miki, a Berta, a Pilar, a Ángel…
Me llevé sorpresas con cada uno de ellos. Miki me trató genial desde el principio, Berta estuvo muy atenta conmigo todo el día para ver si necesitaba algo, ya que Patri tenía un montón de trabajo. Ángel fue un amor de persona, tras esa faceta de gruñón hay una persona genial que siempre sonríe. Y con Pilar tenía un poquito de miedo, la verdad… Quieras que no, si me cogían iba a ser su sustituta y sabía que no estaría a la altura de ese pedazo de reportera, pero ella me dio mucha confianza y fue la que me enseñó a quitarme los miedos de encima y a tener morro.

En ese mismo programa anunciaron que yo sería la nueva reportera de SLQH, y me faltó poco para ponerme a llorar de alegría en medio del plató… Fue genial lo que sentí en ese momento… Pensar que iría allí todas las mañanas, les vería a todos... Increíble. Pero también tenía que aprender mucho.

Al terminar el programa tomamos algo todos en el comedor de Globomedia, y cuando todos se iban me quedé un rato más con Patricia.
Me habló de cómo era la tele, de la fama, de los pros y los contras de ser famoso…
No sabía si todo sería bueno, pero en ese momento no podía ver cosas malas. ¡¡Era la nueva reportera de Sé lo que hicisteis!! Todo era genial.
Pero desgraciadamente, las cosas se torcieron al salir de los estudios. Salí a la calle con Patricia, íbamos gastando bromas y hablando sobre ropa, sobre tacones, sobre maquillaje… Sobre ‘’cosas de chicas’’ por así decirlo.
Cuando bajamos las escaleras de Globomedia reconocí la matrícula de ese coche en el que tantos ratos buenos, y luego horribles, había pasado.
Me escondí detrás de un árbol y Patricia me miró extrañada.
-¿Cris, se puede saber qué haces? –ella seguía riendo, yo había parado de hacerlo al ver a Miguel ahí-
-Shh, calla. Ven. –Patricia se acercó a mí y le hablé al oído- Necesito que le digas a ese tío de ahí que me he ido, que me fui hace dos horas a casa y que se puede ir.
-¡Jajajajajaja! ¿Qué es, un plasta al que le gustas?
-Patricia, por favor, hazme caso –se me cayó la primera lágrima al ver que Miguel podría verme y Patricia dejó de reír en seco-
-Vale Cris, tranquila, no llores…

Vi cómo se acercaba a Miguel y este se iba a los pocos minutos. En ese momento me llegó un whatsapp: ‘’ no creas que vas a escaparte de mí toda la vida, Cristi. Si no estás conmigo no vas a estar con nadie, te lo aseguro”
Rompí a llorar otra vez delante de Patricia, me daba igual que me viera. Estaba harta de este tío y de todo lo que tuviera que ver con él.
Patricia se preocupó al verme así y me llevó con ella a su casa. Allí le conté toda la historia de Miguel y se quedó boquiabierta.
-Pero Cris, ese tío es un completo cerdo… ¡Si casi te viol… -la corté antes de que lo dijera-
-Ya, lo sé, no lo digas… -había parado de llorar, pero seguía muy nerviosa, tenía miedo- Pero no quiero denunciarle, tengo miedo de lo que pueda hacer si lo hago y no tengo pruebas de nada.
-Bueno, bueno… Por hoy basta de pensar en ese capullo, ¡que eres la nueva reportera del Selo, eso hay que celebrarlo! Vale que vas a tener que verme el careto todas las mañanas, pero será divertido… -esbocé una pequeña sonrisa al escuchar su comentario y agaché la mirada, Patricia tenía razón- ¡Cris! ¡Ya sé lo que vamos a hacer! Mira, Dani Mateo da una fiesta mañana por la noche en su casa, para celebrar que se ha casado y esas cosas… Van Buenafuente, los chicos de El Intermedio, el equipo de Flo de Tonterías las justas… Vente con nosotros y así te animas un poco.
-Ay Patri, no sé… Yo no conozco a nadie y esa gente que va son peces gordos, voy a ser como un moco ahí en medio…
-Jajajaja, ya verás como no, tonta. A Dani le caes genial, le has encantado, y tú vienes conmigo, no voy a dejarte sola –me cogió la mano y tras varios minutos insistiendo acepté ir a la fiesta-
Tampoco podía estar tan mal, quien sabe lo que me encontraría allí…

jueves, 21 de junio de 2012

CAPÍTULO 1: ESQUIVANDO LA RUTINA


  Enviar. Ya está.
Acabo de enviar mi vídeo para el casting de reporteros de ese programa de LaSexta “Sé lo que hicisteis…” Siempre me ha gustado el programa, y cuando me enteré de que había un casting para una nueva reportera no me lo pensé dos veces.
Ahora es cuando empiezan las dudas… ¿Qué hago yo en el Selo, con todos esos grandes? ¿Si me cogen, estaré a la altura? Todas esas dudas me carcomían la cabeza, pero bueno, como dicen: lo hecho, hecho está.

Me llamo Cristina Pedroche Navas, aunque todos me llaman Cris. Suelen decir que estoy ‘’en la flor de la vida’’, por eso de los veinte, pero mi vida empieza a ser aburrida…
De casa a la uni, de la uni a casa… Tardes estudiando, y de vez en cuando salir a tomar un café con alguien…
Desde pequeñita me ha gustado cantar aunque lo hago fatal, todo hay que decirlo.
Mis padres siempre me han dicho que tengo que hacer lo que realmente me gusta en la vida, y cuando les conté que quería hacer el casting para “Se lo que hicisteis” se alegraron mucho por mí, aunque yo en el fondo sabía que no les hacía gracia la idea de que si me cogían en el programa dejara de lado los estudios para dedicarme completamente a la pequeña pantalla, la cual, realmente, nunca sabes qué te va a deparar.

A los pocos días de presentar mi casting me enteré de que había más de mil participantes, y mis esperanzas cada vez eran más pequeñas.
Todo cambió cuando a las tres semanas, más o menos, me llamaron de la redacción del programa para decirme que estaba entre las tres finalistas. Me alegré muchísimo, igual que todos mis amigos y mis padres, pero empecé a tener miedo.
Las otras dos chicas ya habían hecho pequeños cameos en televisión y yo era muy joven y sin experiencia.

-          Cristina hija, sólo tienes que ser tú misma y ya verás como te cogen. ¡Si eres la mejor!
-          Ya… eso me lo dices porque eres mi madre…-Estaba muerta de nervios-
-          Que no cielo, te digo yo que no… Ya verás como todo va genial. Además, le he dicho a Miguel que vaya después a recogerte. –Mi madre esbozó una de esas sonrisas llenas de confianza, pero no me gustó su última frase-
-          ¿A Miguel? Vamos mamá… Sabes que no le soporto… -Agaché la mirada a mis pies-
Tras discutir un poco con mi madre por el tema de Miguel, me fui rumbo al que sería el principio de los mejores días de mi vida.

Miguel es un chico que me parecía majo al principio, salimos unos tres meses y me agobiaba mucho. Siempre quería saber donde estaba y a donde iba, era muy controlador.
Un día se presentó en mi casa diciendo que era mi novio. Yo no quería presentárselo a mis padres tan rápido, ya que llevábamos muy poco tiempo juntos, y que hiciera eso me molestó bastante.
Se ganó a mi madre con sonrisas y regalos, y me ganó a mí con falsas promesas.
Creo que desde que lo dejé con Miguel no creo en el amor, no merece la pena.
Como he dicho antes, Miguel me agobiaba terriblemente y decidí cortar por lo sano esa relación, pero él no pensó lo mismo. Cuando le dejé se enfadó muchísimo y me dijo aquello de “a mí no me deja nadie”.
A los dos días de dejarle fui al cine con mi mejor amiga Irene, y cuando ella me dejó en casa Miguel estaba en el portal esperándome. Me metió en su coche y me llevó a su casa.
Allí me dio una última oportunidad de volver con él y me dijo que si no lo hacía iba a arrepentirme, pero no dí mi brazo a torcer y le dije que no quería hacerlo. Él se encargó de lo de mi brazo, por así decirlo. Cerró la puerta con llave y me agarró con fuerza diciéndome que si no era suya no sería de nadie. Intentó abusar de mí, pero conseguí salir de aquella casa a tiempo.
Cuando salí de allí lo primero que hice fue ir a casa de Irene llorando, ya que no quería que mi madre me viera así. Ella sigue pensando que lo dejamos simplemente porque no nos entendíamos, no le conté la historia para que no se preocupara. La única que lo sabe todo es Irene, y su novio.

Recordando todo esto llegué a Globomedia con mi coche.
“Vamos Cris, céntrate, es la oportunidad de tu vida. Pon la mejor de tus sonrisas y olvida a ese capullo”.
Necesitaba estar tranquila, así que le envié un whatsapp a Miguel: “espero que no te atrevas a venir a por mí. Mi madre no sabe nada de lo que pasó, pero a mí no se me ha olvidado y no se me va a olvidar”. Al los pocos segundos obtuve su respuesta: “me muero de ganas de verte, Cristi ;)”.
Pff, estaba harta de este tío, y odiaba que me llamaran Cristi.
Entré a la redacción y al decirles mi nombre me dijeron que Patricia Conde me esperaba en el camerino número 4. Estaba muerta de nervios… ¿La gran Patricia Conde esperándome a mí? Ni en mi mejor sueño.