En
vez de aumentar el ritmo del beso, Dani me abrazó muy fuerte y me susurró algo
al oído.
-Creía
que iba a perderte…
-No
vas a perderme nunca, ¿me oyes? Nunca. –Se separó de mí y me besó cerrando los
ojos, luego volvió a abrazarme y me dejó
un par de besos en la mejilla-.
-Te
quiero, pequeña. –Sonreí y suspiré, aún no me acostumbraba a que me dijera esas
cosas-.
-Y
yo a ti…
Nos
sentamos en el sofá y puso una película que tenía en su casa, pero ninguno de
los dos le prestábamos demasiada atención. Él estaba sentado en una esquina del
sofá y yo estaba tumbada, con la cabeza apoyada en la otra esquina y las
piernas encima de las suyas.
Estuvo
un rato acariciándome y haciéndome cosquillas con su mano, y al final acabamos
acostados en el sofá, él detrás de mí abrazándome por la cintura.
A
los pocos minutos noté como me apartaba el pelo de la nuca y se incorporó para
besarme el cuello muy despacio. Se colocó encima de mí y puse mis manos en sus
hombros, él seguía besándome el cuello y suspiré en su oído. Esto lo aceleró
más y metió su mano debajo de mi camiseta, yo hice lo mismo con las mías y le
acaricié la espalda lentamente. Me dio un pequeño mordisco en el cuello y yo
solté un gemido agudo. Sonrió y le quité la camiseta.
Besé
su pecho varias veces y subí a su boca. Nuestros labios volvieron a encontrarse
y nos besamos efusivamente durante varios minutos… Los dos estábamos ya muy
acelerados, pero el pitido de un reloj me hizo volver a la realidad.
-D.ani,
pa.r.a… -Respiré entrecortadamente y me levanté quedando sentada en el sofá-.
-¿Qué
pasa? –Volvió a acercarse a mí y me besó otra vez, pero me aparté-.
-Dani,
no puedo ahora, en serio… Tengo que irme a casa. El jueves por la noche me fui
a la una de la mañana a recogerte sin dar ninguna explicación, luego me quedé a
dormir aquí sin decirle a mis padres lo que pasaba, y para terminar en
Castellón me quedé sin batería en el móvil… Tendría que estar en casa, pero
necesitaba verte antes… -Me coloqué bien la camiseta y le miré-.
-Vale,
lo entiendo… -Sonrió y yo sonreí también-. Pero quédate diez minutos, un ratito
más, porfa. –Me puso cara de niño pequeño y me mordí el labio-.
-No
sé…
-Que
sí, mira. Pongo la alarma en el móvil. Diez minutos, ni uno más, ni uno menos
¿vale? –Cogió el móvil y puso para que la alarma sonara en diez minutos, yo me
reí y me senté encima de él-.
-Vale,
pero vamos a aprovechar el tiempo entonces.
Me
miró divertido y puso sus manos en mis caderas para pegarme más a él, bajé a su
cuello y le besé acariciando su pecho…
-¿Sabes
que luego vas a tener que quedarte con el calentón, no? –Se rió y nos tumbó en
el sofá otra vez-.
-Merece
la pena… Y cállate, que me quedan seis minutos y medio. –Me reí y le acaricié
el pelo de la nuca. Siguió besándome con su mano en mi pelo y la otra la
introdujo ahora en mi pantalón corto. Se me escapó otro gemido-.
-Dani…
-Le cogí la mano y la saqué de ahí-. Seis minutos ¿recuerdas? –Se rió y me miró
a los ojos, guiñándome uno-.
-Me
daba tiempo, pero como quieras.
-No
te preocupes, que ya me lo demostrarás otro día. –Me reí y le pegué a mí
instintivamente de la cintura-. Va… Baja un poquito el ritmo cielo.
Sonrió
y se levantó de encima mío. Yo me levanté también y me senté en el sofá. Volvió
a mis labios, pero ahora más lentamente, acariciándome muy despacio la cara, la
espalda, la pierna… Sonó la alarma y me abracé a él.
-Es
tan absurdo que tengamos que ponernos límites de tiempo para estar juntos…
-Pues
tú, que te tienes que ir. –Me sacó la lengua a modo de burla y le mordí la
oreja suavemente para susurrarle-.
-No
te preocupes, que esto no acaba aquí. –Sonrió y nos levantamos del sofá los
dos. Cogí mi bolso y fui hacia la puerta-. ¿Me llamas esta noche?
-Si
aguanto y no te llamo por la tarde, sí. –Me reí le di un último beso. Me
acarició la cara y sonreímos-. Ya te estoy echando de menos…
-Qué
bobo eres… -me reí y tras un abrazo salí de su casa-.
Cogí
un taxi hasta casa y cuando entré por la puerta a mi madre le faltó poco para
tirarse encima de mí.
-¡Pero
Cristina, hija! ¿Qué pasó? ¿Por qué está tu móvil apagado todo el fin de
semana?
-Mamá,
tranquila por dios, que te va a dar algo… Vamos, que te lo cuento todo.
Le
conté todo lo que pasó desde la noche del jueves, omitiendo el detalle de que
era Dani el que se puso mal. Le dije que una amiga se emborrachó en una fiesta
y que me quedé a dormir con ella para que no estuviera sola. Luego le enseñé mi
móvil, para que comprobara que no tenía batería, y la verdad es que se
tranquilizó bastante.
-Estaba
muy preocupada, hija… Últimamente pasas muchas noches fuera –me acarició la
cara y cogí su mano sonriendo-.
-Ya,
mamá. Pero tenéis que aceptar que ya no soy una niña.
-Ya…
Pero Cris, ¿hay algún chico, verdad? ¿Has vuelto con Miguel? Lo último que
queremos es que nos mientas… Si sabes como somos, vamos a aceptar cualquier
cosa, cielo. –Sonrió emocionada y a mí me dio un escalofrío-.
-No
mamá, no. Miguel ya no es nadie por muy bien que te caiga ¿vale? Y bueno, sí
que hay alguien… -Sonreí de lado y acabé contándole a mi madre la historia con
Dani, la poca historia que aún llevábamos. La conclusión de mi madre fue que
Dani era un chico muy guapo y que pegábamos. Lo había visto en la tele, supongo-.
Tras
un rato más hablando con ella me fui a mi habitación, pasé la tarde tranquila
en casa descansando, pero Dani aún no me había llamado.
Me
quedé hasta las doce y media esperando a ver si me decía algo, pero nada. Le
llamé un par de veces y no me lo cogió. Me pareció rarísimo…
Me
dormí y a la mañana siguiente vi que tenía un whatsapp, recibido a las tres de
la mañana: “Cris, necesito verte. Tenemos
que hablar…” Me entró el pánico al
instante. Ese “tenemos que hablar” nunca era nada bueno. Le contesté a las once
y media de la mañana del domingo, la hora que lo había visto: “¿Qué pasa? Si quieres ven a casa. Mis
padres están en la parcela y estoy
sola…”
Me
contestó que en media hora llegaba y me senté en el sofá a esperarle. Estaba
muy inquieta. No desayuné porque seguía sin tener hambre, así que puse la tele
un rato para distraerme… A las doce en punto llamaron al timbre.
Me
dirigí nerviosa hacia la puerta, no tenía ni idea de si lo que iba a decirme
Dani era bueno o malo, si tendría que ver con nosotros… Cuando abrí la puerta y
le vi me encontré una imagen de él que nunca antes había visto…
Joooooo :( yo no quiero que rompannnn :( Siguiente Yaaaaaaa! ^.^
ResponderEliminarTe quiero bonita
sin palabras... adoro ese reencuentro entre los dos, es calentorro más no poder y tierno como solo ellos saben ser.
ResponderEliminarme encanta que por fin Cris le cuente a su madre lo que hay aun que sea casi por obligacion
y me da miedo mucho miedo ese tenemos que hablar... quiero saber como sigue pero ya, no nos dejes con esa intriga por dios!
me encanta, me encanta mucho bonita!
el capítulo es sencillamente perfecto y ñoño hasta el final...
ResponderEliminaradoro sus piques, sus calentones y esa manera de besarse como si no hubiese mañana, los adoro a ellos y a su historia tan alsakslaksak
pero me escribes ese final, ese que me desconcierta tanto o casi más que ha Cris ese "tenemos que hablar" que nunca casi nunca quiere decir algo bueno...
espero, espero con todas mis fuerzas estar equivocada y que luego todo sea una tonteria!!
quiero saber ya y digo ya como sigue esto!!
me encanta preciosa!
te quiero!!
Diooos me has dejado con toda la intriga...Yo no quiero que rompaan...!! <3
ResponderEliminarSIGUENTE PORFAVOOOOR!!!