martes, 31 de julio de 2012

CAPÍTULO 32: NO FINJAS QUE TE IMPORTO



Tras esa primera y última reunión de Otra Movida, Dani y yo no habíamos vuelto a hablar. Aquel día me dejó con la duda de por qué tenía que tratarme tan mal, y mis ganas de besarle de nuevo, de volver a probar sus labios, aumentaban cada segundo.
Era ocho de agosto, el primer día de Otra Movida. Notaba los nervios en la garganta nada más despertarme. Estuve dando vueltas en la cama un rato grande hasta que se hicieron las nueve y media. Empecé a recordar todas las noches con Dani, como me hacía el amor de la manera más suave y bonita del mundo y luego nos dormíamos abrazados, y me despertaba con un beso... Pero todo había quedado en el pasado, por desgracia.
Me levanté de la cama y me vestí con un pantalón corto y una camiseta de tirantes, iba vestida igual que el día en el que Dani y yo nos besamos por primera vez, pero no creía que el pudiera acordarse de eso; Al fin y al cabo, yo había sido una más de su lista...
Me estaba quedando muy delgada, demasiado, pero es que todo lo que comía lo vomitaba, y estaba preocupada porque no quería que en el programa nadie se diera cuenta. A partir de aquel día comería todos los días allí y no creo que pudiera comer mucho.
Llegué a los estudios y por suerte Anna acababa de llegar también y estaba en la puerta hablando con Flo, les saludé a los dos y Flo me dio mi guión.
-¿Cómo estás esta mañana, mi niña? Que desde el día de la reunión no nos hemos visto. -Anna y yo íbamos agarradas de la cintura hacia su camerino-.
-Pues bueno, regular... Mira qué flacucha me estoy quedando, doy asco, tía... Esta mañana también he vomitado al intentar desayunar, no sé qué coño hacer. -Abrió su camerino y entramos sin darnos cuenta de que había alguien dentro-.
-Madre mía... ¿Pero vomitas todos los días?
-Y varias veces. -Mientras nosotras seguíamos con nuestra conversación, al alzar la mirada nos dimos cuenta de que Dani estaba dentro y nos había escuchado-.
-¡Buenos días, pelopincho! ¿Qué haces tú aquí? -Anna le saludó y yo me quedé al margen, pero Dani me miraba a mí y agaché la cabeza-.
-Oye Annita, que yo me voy ¿vale? Luego te veo, guapa. -Le di un beso a Anna y salí de su camerino apoyándome en la pared de en frente y agaché la cabeza-.
¿Por qué tenía que pasarme esto a mí? ¿Por qué no me di cuenta antes de que Dani me estaba utilizando?
Dos lágrimas rebeldes cayeron por mis mejillas y en ese momento Dani salió del camerino de Anna, cuando ella me vio se acercó corriendo a mí, y él se quedó detrás.
-¡Cris! ¿Estás llorando? ¿Qué te pasa?
-Nada, estoy bien. -Sonreí falsamente y salí corriendo hacia mi camerino-.
Escuché como Dani suspiraba... Seguro que creía que estaba haciéndome la víctima, pero lo cierto es que no podía evitar recordar todo lo que vivimos y acabar llorando cuando estaba cerca de él.

Se acercaba la hora del programa y yo cada vez estaba más nerviosa... Fui a maquillaje y estuvieron un rato conmigo mientras ojeaba una revista. Vi encima de la mesa la revista en la que aparecimos Dani y yo hace ya un montón de tiempo, pero acababan de maquillarme, así que hice un esfuerzo por no llorar y fui hacia el comedor, eran ya las dos y media. No me molesté en coger nada de comida puesto que sabía que no iba a conseguir comer nada y me senté al lado de Anna. Solo de ver la comida ya me daban arcadas.
Dani llegó a los pocos minutos y se sentó en frente, no había nadie más en la mesa.
-Cris, ¿ya has comido? -Levanté la mirada extrañada-.
-¿Me dices a mí? -Asintió haciendo una mueca de sonrisa y dejé el móvil sobre la mesa-. No, no tengo hambre.
-Pero...
-Dani, déjalo, no finjas que te importo. -Me levanté haciendo ruido con la silla y salí del comedor-.

Quedaba media hora para el programa y lo único que deseaba era tener a Dani y mi lado en ese momento, que me diera un abrazo para calmar los nervios o cualquier cosa, pero que me hiciera sentir viva otra vez... En ese momento me llegó un whatsapp suyo: "Sé que no quieres ni verme, así que mejor te lo digo por aquí y me aseguro de que lo leerás. Aunque no estemos juntos quiero que sepas que puedes contar conmigo para lo que sea si me necesitas para cualquier cosa"
"Ahora no me vengas con esas. Parece que no entiendes ni tú de la forma que has jugado conmigo todos estos meses, entiende que no quiera nada tuyo ahora"
Sabía que había hecho lo correcto, o al menos lo presentía... Era como si Dani no se diera cuenta de que me había estado engañando, ¿a caso se puede confiar en una persona así? Le quería a mi lado, pero lo cierto es que ni siquiera yo dejaba que se me acercara.
Me dirigí a la salida de Anna para darle ánimos, ella también estaría nerviosa independientemente de que conociera a todo el equipo y tuvieran muchos fans asegurados por su anterior programa... Nos abrazamos dándonos ánimos y me esperé con ella hasta que Flo la llamó para entrar, por suerte Dani salía por otro lado y no tuve que verlo.
Fui hasta donde tenía que salir yo y esperé a que entrara mi cabecera. Salí con la sonrisa más grande que pude poner en ese momento y creo que todos se lo tragaron menos Dani y Anna. Había fingido bastante bien.

Nada más acabar el programa nos reunimos todos en Flocución para comentar el programa, había salido todo genial. Cuando yo llegué estaban todos los sitios ocupados y Anna se levantó para dejarme el suyo, justo al lado de Dani en el sofá...
-No, Anna, no hace falta...
-Cris siéntate, estarás cansada del programa, como todos, y las dos sabemos que no es bueno que lo estés. -Sonreí y me senté donde ella estaba hace unos minutos-.
-Gracias. -Era la realidad. Tenía esa asquerosa enfermedad y tenía que aceptarlo, no iba a negar la ayuda-.
De vez en cuando Dani rozaba su mano con la mía, no sé qué coño pretendía con eso pero me estaba cabreando, así que me levanté poniendo la excusa de que tenía que hacer recados para mi madre y me fui de allí lo antes que pude.
Cogí el coche y llegué a casa muy pronto, la verdad es que debería conducir más despacio, pero con el cabreo que llevaba encima no era el mejor día para planteármelo.
Nada más llegar me tumbé en la cama y cerré los ojos, estaba agotada. Sin darme cuenta me quedé dormida y me desperté a las nueve con el sonido de mi móvil, era un número oculto. Descolgué y me quedé helada al oír su voz... No dejé que dijera nada, apagué el móvil y me metí debajo de las sábanas. La pesadilla había vuelto, Miguel había vuelto. No sé por qué me llamaba y tampoco quería saberlo, así que hice un esfuerzo por dormirme de nuevo...

Me desperté y volví a encender el móvil, tenía dos llamadas perdidas de Anna y cinco del mismo número oculto desde el que me llamó Miguel la noche anterior, también tenía un whatsapp... Lo abrí y también era de un número que no conocía: "Hola otra vez, Cristi... Lee el mensaje entero y luego si quieres lo borras, pero léelo al menos... Ha pasado mucho tiempo y lo he olvidado todo, me he dado cuenta de lo malo que fui contigo y te prometo que he cambiado, ya no soy como antes y quiero que podamos ser amigos. ¿Quedamos a tomar un café mañana a las seis en el bar de siempre? Si no vas, entenderé que no quieres volver a verme y desapareceré de tu vida para siempre, esperaré allí hasta las siete. Un beso"

CAPÍTULO 31: ¿QUÉ ES LO QUE QUIERES?


Primer día de agosto. Primera reunión de Otra Movida y primer día que vería a Dani casi dos meses después…
Me levanté despacio de la cama, me habían dado el alta en el hospital a causa de que tenía que hacer el programa, pero seguía muy débil y en cualquier momento podría pasarme lo mismo que la otra vez. Intenté desayunar algo pero vomité después, así que mis intentos quedaron en nada.
Cogí un taxi y a las diez en punto llegué a los estudios, la reunión no era hasta las once y media pero quería ir conociendo a la gente.
Vi a Flo y me acerqué a él.
-¡Pedroche! ¿Cómo estás, bonita?
-¡Buenos días Flo! Pues bien, a ver si me recupero del todo pronto… -Sonreí y entramos a su despacho-. ¿No ha llegado nadie todavía?
-Sí, sí. Están aquí ya Raúl, el chico nuevo que tengo que presentarte y Annita y Dani, que están en el plató, creo. –Cuando escuché el nombre de Dani fue como una patada en el estómago-.
-Ah, vale, pues voy  a ver si encuentro a Anna que aún no la he saludado. –Me levanté demasiado rápido y me mareé, pero eso ya era normal para mí-.
-¡Cris! ¿Estás bien?
-Sí… No te preocupes, suele pasarme –sonreí y abracé a Flo- luego nos vemos, y muchas gracias por todo, Flo…
-Si yo no he hecho nada, chiquilla…
-Contratarme, ¿te parece poco? –nos reímos-.
-Pero eso te lo has ganado tú a pulso.
-Bueno, muchas gracias por todo igualmente.
-De nada… Anda tira a buscar a Anna que estará por ahí.

Salí del despacho de Flo, era un amor de hombre y me trataba genial. Fui primero a mi camerino a dejar el bolso y las cosas y llamé al de Anna para ver si estaba ahí, pero al ver que no me dirigí a plató como me había dicho Flo. Por el camino me encontré con Raúl.
-Hola, tú debes de ser Raúl… Pelo rizado, alto, despistado y loco…
-Joder, ¿me espías o algo? –Me dio dos besos y nos reímos-.
-No, pero he pasado mucho tiempo con Anna.
-Ahhh, entonces con razón… Mi amiga del tinte número seis...
-Estoy segura de que le molesta que le digas eso.
-Sí, pero bueno, son muchos años que nos conocemos ya y se va a acostumbrando, démosle tiempo…
-Jajajajaja, madre mía… Pobre Annita. ¿Sabes dónde está, por cierto?
-Sí, está en plató con Dani y Meri, que son los únicos que han llegado. Por cierto… ¿tú y Dani…?
-Nada. –Sonreí a la fuerza-. Yo y Dani ya nada.
-Ah, bueno… Es que vi unas fotos y tal, y… Bueno, que da igual. Ya nos veremos por aquí, ¡encantado!
-Igualmente. –Sonreí y volvimos a darnos dos besos-.
Seguí andando hasta el plató y vi que Anna estaba de espaldas hablando con Dani, la reconocí por los rizos rubios. Dani estaba guapísimo, estaba más moreno… Él aún no me había visto pero lo hizo cuando comencé a acercarme a ellos. Le sostuve la mirada todo el tiempo que pude, y ese tiempo no llegaron a ser ni dos segundos.
Intentaba pasar de él. ¿Tenía que olvidarle, no? Seguía llorándole todas las noches, así que digamos que no lo estaba consiguiendo.
Me acerqué por detrás y le tapé los ojos a Anna con mis manos.
-Hm… Colonia de vainilla… ¡Cristina! –Se giró y nos abrazamos fuerte-. Como te he echado de menos, amiga…
-Y yo a ti, la semana que te fuiste a Croacia se me hizo eterna allí metida en el hospital… -La pequeña sonrisa que había sacado Dani al vernos abrazadas se le borró por completo en ese momento y agachó la cabeza-.
-¿Y cómo estás, cari?
-Pues bueno, intentando recuperarme lo más pronto posible… Creo que lo llevo bastante bien, pero me mareo todo el rato, es asqueroso.
-Bueno, ya verás como pronto estás bien del todo y los números esos raros vuelven a bajar.
-No creo. Cuando bajaron estaba muy bien acostumbrada y no creo que pueda ir a mejor… -Dani me miró medio segundo sabiendo que me refería a él-.
-Que sí, tonta… Vamos a que te presente a Meri que es la única que ha llegado.
Fui con Anna y me presentó a Meri y a alguien más del que no recuerdo el nombre, a Dani ni siquiera lo saludé. Después Anna tuvo que irse con Flo a hacer algo para el primer programa y yo me senté en una de las tres sillas que había en la mesa. Saqué el móvil y me puse a hablar por whatsapp con Irene hasta que una voz muy familiar me sacó de mis pensamientos.
-Hola…
-Hola. –Contesté sin levantar la mirada del móvil-. ¿Quieres algo?
-Sí, que te quites, que estás en mi silla. –La respuesta de Dani me dolió como si me clavaran  mil cuchillos en el pecho y se me llenaron los ojos de lágrimas. Me levanté rápido pero tuve que volver a sentarme mareada-. Eh, ¿estás bien? –Me puso una mano en el hombro y se la aparté bruscamente-.
-No me toques, Dani. –Ahora sí, conseguí levantarme más tranquila y me fui a sentarme a las gradas del público, allí no pude contenerme y empecé a llorar intentando que nadie me viera, pero Raúl lo hizo-.
-Ey Cris, ¿estás bien? –Levanté la cabeza pero me encontraba realmente mal-.
-No… Por favor Raúl, busca a Anna y dile que me traiga mis pastillas…
-Voy, pero tranquilízate eh, y deja de llorar… -Me acarició la espalda y al poco tiempo vino Anna con las pastillas que me habían mandado-.
-Joder, Cris… ¿Qué ha pasado? Vamos abajo que aquí no da el aire acondicionado. –Bajamos y me sentó en su silla y ella se puso al lado apoyando mi cabeza en su pecho-.
-No tendrían que haberme dado el alta, Anna…
-Que sí, no digas eso… Si estabas genial, ¿qué ha pasado?
-Nada, ha sido de repente. –Dani me miró sorprendido por no “delatarlo” delante de Anna y ella suspiró-.
-Bueno… Vamos al baño y te lavas la cara, ¿vale? –Asentí y nos fuimos de allí hacia el baño-.

Cuando se hicieron las once y media empezó la reunión y duró dos horas al ser la última antes del primer programa, así que cuando terminó dijeron todos de ir a comer, yo no quería pero Anna acabó convenciéndome… Antes de que todos salieran decidí que era entonces o nunca.
-Dani, espera… -Se giró hacia mí sorprendido-.
-Dime.
-¿Puedes pasarte un segundo por mi camerino que te dé una cosa? Es solo un momento, en serio, solo será un segundo… -Le hablé sin mirarle, no podía-.
-Sí, sí, tranquila. Ahora me paso.
-Gracias.
Fui a mi camerino y a los pocos minutos vino Dani, solo quería darle la bolsa con sus camisetas…
-¿Se puede?
-Sí…
-Dime, ¿qué querías?
-Darte esto. Te lo dejaste en casa hace tiempo. –Le di la bolsa con sus tres camisetas y buscó mi mirada, pero no dejé que la encontrara-.
-Vale, gracias… -Se giró para irse pero le cogí del brazo instintivamente, necesitaba preguntarle algo más. Al notar mi piel con la suya me estremecí y cerré los ojos, pero supe que tenía que ser fuerte-.
-Dani, un momento… Una cosa más. –Ahora sí le miré directamente-. ¿Por qué me tratas tan mal? -suspiré- Quiero decir… Me pediste que no te llamara y en dos meses no lo he hecho aún estando a punto de morir en esa mierda de hospital sabiendo que tú eras el único que sabía lo que me pasaba, y sabiendo que con lo único que podía curarme era escuchando tu voz dos putos minutos. Me pediste que no te buscara y no lo hice nunca, y me pediste que te olvidara y te juro que lo estoy intentando, aunque cada vez que te vea esté un poco más segura de que será imposible. No he hecho nada que te haya molestado, fuiste tú el que decidió jugar conmigo y me enamoré de ti hasta las trancas como una gilipollas, y ahora tú, la misma persona que me utilizó, me tratas como si fuera una mierda de usar y tirar. Sé que para ti soy de usar y tirar, pero me gustaría saber eso, simplemente saber por qué me tratas así, ¿es que no has tenido ya suficiente con engañarme diciendo que me querías durante casi medio año? Dime, Daniel, dime qué coño quieres después de hacerme esto. –Conseguí decirle todo esto mirándole a los ojos, llenos ya de lágrimas otra vez-
-¿De verdad quieres saberlo? –Se acercó mucho a mí, demasiado. Estábamos a milímetros de distancia-. Pues te trato así porque necesito…
-¿Qué, Dani? ¿Qué capullos necesitas? –Nuestros labios casi se rozaban y a mi mente vinieron todos los recuerdos de cuando estuvimos juntos-.
-Pues necesito… -Cerró fuerte los ojos y se separó de mí-. Nada. Lo siento. Te dejaré en paz.

Salió de mi camerino y me dejó ahí, llena de dudas, incluso más que antes, y con unas ganas de volver a probar sus labios que no se podían describir con palabras.

lunes, 30 de julio de 2012

CAPÍTULO 30: TENGO QUE SER FUERTE


Mediados de julio. Llevaba más de un mes encerrada en esa mierda de hospital llena de cables y de sueros, porque yo sola me negaba a comer. Anna venía a verme casi todos los días, se estaba convirtiendo en una amiga genial. Me traía libros, me compraba chuches, discos, películas… El ratito que ella estaba conmigo me lo pasaba genial, y también me contaba novedades sobre el nuevo programa en el que yo estaría con ellos. Se iba a llamar ‘Otra Movida’ y por lo que me iba contando iba a estar genial. Muchas veces Anna me insistía en quedarse a dormir, pero siempre le decía que no. Sinceramente, no creía que hiciera falta, bastante estaba haciendo ya por mí…
Del que no sabía nada era de Dani. Su programa acabó en junio y ya no le veía ni por la tele, era horrible. Echaba tanto de menos su voz, sus caricias… Me alegraba de estar en el hospital en el sentido de que en casa todo me recordaría a él, pero me ahogaba en esa cama todo el día. Seguía muy débil.
Una tarde decidí preguntarle a Anna.
-Anna… ¿Cómo está él?
-¿Él?
-Sí, Dani.
-Ah, Daniel… -Me cogió la mano-. Bueno, la verdad es que solo lo he visto un par de veces desde que terminamos el programa, cuando hay reuniones asiste a ellas sin hablar con nadie y vuelve a irse a casa… Me contó Flo que una noche se puso fatal bebiendo y acabó en urgencias, pero no fue nada grave. Siempre que le llamo para quedar o algo por el estilo me dice que está ocupado o que no tiene ganas.
-Pf… No lo entiendo. ¿Qué motivos tiene para estar mal? Me dejó él, joder. Es un cabrón…
-Yo tampoco lo entiendo, Cris… Es que no entiendo nada de nada, podría hablar contigo de todo esto, se está comportando como un niño.
-¿Para qué? Para él fui como un rollo de una noche, ya está. No hay más…
-En fin, pero no te me pongas triste, que la cosa esa rara que tienes ha bajado un grado este mes, eso es bueno. –Sonreímos y puso una película en la tele-. Vamos a ver la peli esta, a ver si te animas…

Y así pasaba los días. A veces venía Irene con algún amigo del barrio, mis padres, los del Selo, y poco más. Del que no había vuelto a saber nada, cosa que agradecía, era de Miguel. Anna ya lo sabía todo. Le conté eso, lo de mi enfermedad, y aunque me costara más que nada en el mundo, mi historia con Dani.
La peor semana de todas fue cuando Anna se fue a Croacia con su novio, me tiré los siete días más aburridos de mi vida, aunque ella intentaba que me entretuviera pese a la distancia y me petaba el móvil a whatsapps con fotos y mensajes tontos, cosa que le agradecía un montón.
Patri también hacía lo mismo, se había comprado una casa en París con su novio, me envió una foto con un pequeño texto: “aquí todo es mejor que en Madrid, pequeño pony. En cuanto salgas de ahí te vienes unos días para acá. ¿Sabes algo de él? Te quiero!! Un besito muy fuerte!!”

Sonreí y escribí un mensaje nuevo para ella, pero me equivoqué y se lo envié a Dani: “Anda que sí… Qué bien vives, jefa… Estoy deseando ya salir de aquí, es insoportable, en serio. Y no, no he vuelto a saber de él, aunque tampoco lo esperaba, lo dejó todo muy claro… Fui una gilipollas. Los grados de la enfermedad van bajando poquito a poco, pero está altísima y dicen que nunca habían visto nada igual… En fin, te echo de menos amiga! Un beso enorme, y disfruta mucho por mí, de París y del amor ;)”
En cuanto me di cuenta de que me había equivocado enviándole el whatsapp a Dani me dio un vuelco el estómago… Fue horrible. Al momento le escribí otro pidiéndole disculpas y diciendo que no era para él. No esperaba que me contestara, pero lo hizo.
“No pasa nada… ¿Cómo estás, Cristina?”
“¿Que como estoy, en serio lo preguntas?”
No volvió a contestarme, pero esa noche me llamó un número oculto al móvil.
-Cris, soy Nacho. Él no quería, de verdad. No digas nada de esta llamada a nadie.
Y colgó. Me quedé incluso más descolocada que antes… ¿Él no quería? Siendo Nacho, supongo que se referiría a Dani, pero no tenía ni idea. Seguramente sería una broma pesada.
Estuve comiéndome la cabeza varios días con la dichosa llamada, pero acabé decidiendo que fue una broma... Si ni siquiera parecía la voz de Nacho. En fin. Seguro que Dani se lo había contado a sus amigos y ahora estaban todos de copas y descojonándose de mí...

El 28 de julio me dieron el alta por el programa. Empezábamos el 8 de agosto y aún no había ido a ninguna reunión, pero tenía que cuidar la alimentación, no ponerme nerviosa, etc… Lo típico que me decían siempre y que yo aún no sabía controlar.
Al llegar a casa fui directa a mi habitación y nada más entrar el olor de Dani me invadió, había estado cerrada todo ese tiempo y su olor seguía ahí, era como si él mismo estuviera ahí… Conseguí reprimir las lágrimas y borré todos los mensajes y llamadas que tenía suyos, quemé todas las notitas que me escribía cuando dormíamos juntos y se levantaba antes que yo, y guardé en una bolsa un par de camisetas suyas que se dejó en casa hace ya más de mes y medio… Cómo había pasado el tiempo…
Sabía que no quería saber nada de mí, pero en la siguiente reunión le daría sus camisetas, no podía tenerlas sabiendo que nunca más sería mío.

CAPÍTULO 29: HA SIDO DIVERTIDO


Después de aquella noche perfecta Dani y yo nos quedamos todo el día en su casa sin hacer nada, simplemente abrazados viendo la tele o haciendo tonterías.
Era lunes, el primer lunes que no tenía que ir a SLQH, la verdad es que me levanté un poco triste. Dani tenía que hacer su programa y Patricia ya se había ido a Mallorca con Carlos, así que llamé a Berta y fuimos a desayunar juntas. Hablé con Dani por la mañana y le noté apagado, como si estuviera enfermo, pero no paraba de repetirme que estaba bien, que no me preocupara, y que me quería.
Comí con mis padres como hace mucho tiempo no hacía debido al programa, y luego me acosté a dormir la siesta, estaba muy triste por lo del programa… Vi un rato Tonterías las justas pero el sueño pudo conmigo a la mitad y me desperté a las siete de la tarde sobresaltada por el sonido del whatsapp. Cogí el móvil a tientas de la mesa y lo desbloqueé, era de Dani.
“Ey Pedroche… La verdad es que me he divertido mucho contigo todos estos meses, no se me ha hecho nada largo. Yo suelo de ser de rollos de una noche, como máximo una semana, tú me has durado bastante más, supongo que eres fácil de convencer. Pero eso, que esto ya me aburre, no sé para qué seguir engañándote si hay muchas tías mejores que tú ahí fuera. Te hiciste de rogar al principio, pero vamos, un poco como todas ¿no? Al final todas sois iguales. Al final y al principio. Con un simple ‘’te quiero’’ bastó. Ay, con todos los te quieros que he soltado yo para conseguir un polvo de una noche…
En fin, era solo eso, decirte que ya me das pena. Que era todo mentira, la verdad es que me ha salido la jugada redonda, pero eres muy buena niña, no voy a jugar más contigo. Fue fácil, además. Fuiste fácil.
Pero el caso es que ya me he cansado, me he cansado de ti y de tus tonterías de niña pequeña. Nunca te he querido, Cristina. Si tú me has querido a mí te pido por favor una última cosa: no me llames, no me busques, no me hables y sobretodo, olvídame.
Olvídame porque va a ser mejor para ti. Ya nos veremos en agosto en el programa, espero que para entonces ya me hayas olvidado, tampoco quiero que lo pases mal y todo eso, me das pena. Quizá se me fue un poco de las manos estar tanto tiempo engañándote, pero ha sido divertido”

En el mismo segundo en el que terminé de leer el mensaje ya estaba cubierta de lágrimas. Me dio un ataque de ansiedad, no podía creerme lo que estaba pasando, deseaba que fuera un sueño y despertarme en cualquier momento, pero no fue así. Recuerdo levantarme del sofá y un fuerte golpe en la cabeza mientras caía al suelo, para luego despertarme en una habitación blanca de hospital tres días después. Me dolía mucho la cabeza y en cuanto abrí los ojos ya tenía a tres enfermeras encima mío diciendo cosas muy raras.
No sabía lo que decían, pero me estaban trasladando de mi habitación del hospital por los pasillos a otra sala, supongo que para hacerme pruebas.

Cuando avanzamos unos metros me pareció ver a Dani sentado en una de las sillas de los pasillos del hospital sonriendo al verme despierta. Intenté incorporarme para saber si era él pero una punzada de dolor me atravesó la cabeza y tuve que volver a acostarme, seguramente habría sido una alucinación. Me durmieron para hacerme más pruebas y desperté a las pocas horas en la misma habitación que antes.

Mi madre se tiró el resto del día allí conmigo, pero yo no hablaba, estaba despierta y sentía todo y escuchaba, pero no tenía fuerzas para hablar ni para moverme, solo lloraba de vez en cuando al pensar en Dani.
Llevaba ya una semana entera ingresada en el hospital, Irene también había pasado mucho tiempo conmigo y ella consiguió sacarme las primeras palabras y sonrisas. Lo que no esperaba era la visita de aquel día.
-¿Cris, se puede?
-¿Anna? –Anna Simon entró a mi habitación y se sentó a mi lado-.
-¿Cómo estás?
-Mal… -Las lágrimas comenzaron a caer por mis ojos de nuevo y ella me cogió la mano- ¿Por qué lo hizo?
-No lo sé, cielo… Pero te aseguro que entiendo tan poco como tú. –Le tendí mi móvil y la dejé que leyera el whatsapp de Dani entero-. Cris… Yo lo siento pero no me creo nada de lo que pone aquí.
-¿Cómo dices?
-Eso, que es imposible. Dani lleva llorando toda la puta semana. Salía del camerino para hacer el programa y dormía allí todas las noches diciendo que no podía ir a casa, y se ha quedado aquí los tres días que has estado dormida esperando que te despertaras, y en cuanto lo has hecho no ha vuelto por aquí. Te juro que yo tampoco entiendo nada.
-Pero… No tiene sentido.
-Ya lo sé.
-Anna… Según dice Dani en el mensaje no quiere que lo llame –se me quebró la voz pero seguí hablando- solo dile que no ha sido culpa suya.
-Pero es que sí ha sido su culpa.
-Ya lo sé, pero dile que no. Él nunca me ha querido y la imbécil que ha mantenido esto creyendo que estaba enamorado de mí he sido yo… Cómo no me he dado cuenta antes, ¿quién va a enamorarse de mí?
-Mira, justo me está llamando… -Anna descolgó el teléfono y habló con Dani algo relacionado con el programa. Escuchaba su voz a través del teléfono y no pude evitar ponerme a llorar otra vez-.

En ese momento entró una enfermera con un sobre.
-¿Tú eres Cristina Pedroche, verdad? Verás, te hemos realizado las pruebas trimestrales, aunque aún falta una semana. Antes estabas en 2,5 y lamentablemente tengo que decirte que ha subido a un grado muy alto, 16.
-¡¿Qué?!
-Sí, Cristina, 16. Comprenderás que estás en grave peligro, cualquier alteración puede provocarte el estado de coma y tienes que quedarte ingresada, iremos midiendo el grado de la enfermedad poco a poco ¿vale? Pronto te subiremos a otra planta más cómoda que esta, vas a estar bien… Ánimo, bonita. -La enfermera salió de la habitación y yo me quedé completamente destrozada. Yo tenía razón, sin Dani no iba a tirar para adelante. Anna seguía hablando con él por teléfono-.
-Sí, Dani, ha dicho 16. ¿Qué pasa? ¿De qué hablaban? Pero no grites… Tranquilízate… Sí, luego me paso por tu casa. Hasta ahora. –Colgó y me miró-. ¿De qué hablaba esa enfermera, qué significan esos números?

CAPÍTULO 28: COMO NUNCA


Intentaba hacer memoria, la cara de ese hombre me sonaba y su sonrisa también, pero no tenía ni idea de quien era.
-Por fin, tenía muchas ganas de conocerte… He oído hablar mucho de ti. –Sonrió y me dio dos besos-.
-Ya, ya… Pero ¿quién eres? –Me reí-.
-Soy Juanp, el amigo de Dani.
-¡Ostras, Juanp! El famoso Juanp… Yo también he oído hablar mucho de ti.
-¿Has venido con Dani, no?
-¿Con Dani? –Le miré extrañada-. Qué va, vengo con los de mi programa… ¿Es que está Dani aquí?
-Míralo, allí mismo le tienes.

Me señaló una esquina de la discoteca, Dani estaba hablando con al que reconocí como su hermano Nacho y una chica rubia. Me despedí de Juanp con dos besos y me fui hacia allí.
Me acerqué y le tapé los ojos con mis manos desde atrás susurrándole en el oído para que nadie más lo oyera.
-Parece que al final no voy a dormir sola esta noche.
-¿Cris? –Se dio la vuelta y me estrujó en un abrazo-. ¡Cris! –Me reí y le di un pequeño beso en los labios-.
-Qué casualidad que hayamos venido al mismo sitio.
-Pues sí, mi niña… ¿Cómo me has encontrado?
-Bueno, digamos que ya he conocido al famoso Juanp. –Subí mis brazos a su cuello y él me agarró por la cintura-.
-Espero que no te haya asustado mucho… -Nos reímos y me dio otro beso muy dulce-. Venga, que te presento a los demás. –Me presentó a Nacho, Chuspi y a Carolina, la chica rubia, su prima. Habían venido todos de León a pasar unos días y parecía que nos conociésemos de toda la vida, eran geniales-.
-Peque, vamos para la barra y te invito a algo. –Asentí y me pedí un malibú con piña, era lo único que bebía-.
-¿Tú no quieres nada?
-No, no, qué va. Ya me he tomado una antes y tengo que conducir. –Me encantó su respuesta. Me levanté y me coloqué entre sus piernas, él estaba sentado en un taburete cerca de la barra. Rocé mis labios con los suyos y sonrió-.
-Dani…
-Dime. –Me acarició la cara y yo le abracé por la cintura-.
-Que te quiero. –Sonrió acercando mi cara a la suya para acortar la distancia que quedaba entre nosotros y me besó muy despacio, como si quisiera dejar ese momento grabado en su cabeza para siempre, pero le noté muy raro-.
-Cariño, ¿te pasa algo?
-No, nada… No te preocupes.
-Bueno…
-Ah, y yo también te quiero, preciosa. –Sonreí y volvió a besarme igual que antes, lento, disfrutando de cada milímetro de mis labios igual que yo de los suyos-. Vámonos a casa.
-Por favor… -Me mordí el labio y salimos de la discoteca de la mano. Ya en el coche le mandé un whatsapp a Patricia diciendo que me había ido con Dani-.

-Dani, ¿me vas a contar lo que te pasa? –Me miró un segundo a los ojos y me cogió la mano colocándola en su pierna-.
-Que no pasa nada Cris, en serio. Tú no te preocupes.
-Pero es que estás muy raro…
-¿Raro, cómo?
-No sé, como con la mirada perdida y como triste, y me besas diferente, como con pena… Como si fuera la última vez que lo haces. –Dio un respingo en el asiento después de esta última frase y no me dio buena impresión-. Dani, dentro de dos semanas tengo que volver a hacerme las pruebas… -Puso media sonrisa y me apretó la mano-.
-Seguro que estará todo bien.
-Eso espero…
Seguía notándole raro, pero no dije nada y subimos a su casa. Cuando cerró la puerta me cogió de la cintura y me abrazó pegándome a él.
-Escucha, Dani… No sé lo que te pasa ni si me lo quieres contar, pero yo estoy aquí siempre ¿vale?
-Ese es el problema. –Me separé de él-.
-¿Cómo?
-Nada, da igual… Ven aquí, por favor. –Me alargó la mano pero no se la cogí-.
-¿Por qué has dicho eso?
-Cris, por favor… Déjame disfrutar de ti. –Tenía los ojos vidriosos y se le quebraba la voz. No sabía qué le pasaba, pero sabía que me necesitaba. Me acerqué a él quitándome los tacones y le abracé dejándole pequeños besos en el cuello. Me cogió la cara entre sus manos y juntó sus labios con los míos en besos cortos- Cris, quiero que hoy sea especial, quiero que sea como nunca, ¿vale? –Asentí con la cabeza y le desabroché un botón de su camisa-.
Fuimos andando hasta su habitación chocándonos con todas las paredes de la casa, nos daba igual. Abrió mis labios con los suyos y suspiré al notar nuestras lenguas en contacto otra vez. Me desnudó muy despacio, disfrutando y mirando cada parte de mi cuerpo como si fuera la primera vez que lo hacía y yo también me deshice de su ropa en poco tiempo.
Cuando los dos estábamos desnudos me tumbó en la cama y se tumbó encima mío, me besaba el cuello muy despacio y clavé mis uñas en su espalda suspirando en su oído. Se incorporó y me miró a los ojos.
-Cris… -Teníamos los dos la respiración acelerada-. Quiero que sepas que eres lo mejor que me ha pasado nunca, y que nunca, jamás, voy a querer a nadie como te quiero a ti.
Esas palabras fueron directas a mi estómago y se me escapó una lágrima al escucharlas. Le respondí de la mejor forma posible. Le besé quedando encima de él y bajé mis besos por todo su pecho acariciándole donde sabía que más le gustaba. Volvió a girarnos y noté una lágrima suya en mi mejilla, pero justo cuando iba a preguntarle de nuevo qué le pasaba comenzó a hacerme el amor. Ya no sabía cuántas veces me había hecho suya en esa misma cama, solo sabía que quería que ocurriera igual hasta el resto de mis días.
Y lo fue, fue especial, los dos disfrutamos como nunca varias veces esa noche.

viernes, 27 de julio de 2012

CAPÍTULO 27: THE LAST ONE (PARTE 2)


Por Dani. Solo por Dani tenía que intentar estar bien durante todo el día… Iba a ser difícil, sí, pero allí nadie sabía qué me pasaba y no sabrían qué hacer si me mareaba otra vez como esta mañana.
Hacía ya dos meses que me había hecho la prueba y dentro de uno tenía que hacerme las siguientes, pero ya no tenía tanto miedo. Sabía que mientras Dani estuviera a mi lado no iba a pasarme nada malo.
Entré a Globomedia y vi a Miki el primero, nos abrazamos y con sus bromas me hizo despejarme un rato. Hicimos la reunión pre-programa, iba a ser un programa increíble y súper divertido, la gente iba a llorar y a reír a la vez.
En la escaleta vi que ponía “momento Dani y Flo”, pero no quise preguntar qué era, aunque estaba ansiosa por verlo.
Teníamos dos horas para comer y entrar en directo, pero no tenía hambre. Dani Mateo se sentó a mi lado.
-¿No tienes hambre?
-La verdad es que no… No estoy de humor ni para comer. –Se me cayó una lágrima y Dani me rodeó por los hombros-.
-Cristina pero no llores ¿eh? Si después de esto hay más cosas y… -Noté como se ponía nervioso y negué con la cabeza sonriendo-.
-Tranquilo Mateo, que estoy bien. ¿Dani te lo ha contado para que estés pendiente de mí, verdad? –Agachó la cabeza y me acarició el brazo-.
-Sí… Pero no te enfades con él, sabes que tanto tú como yo habríamos hecho lo mismo en una situación así…
-Ya, lo entiendo. Pero en serio, que estoy bien, sé controlarme. No te preocupes por mí. –Le sonreí y se levantó-.
-Vale, pero come un poco, y si te encuentras mal me buscas ¿vale?
-Que sí pesado… Anda tira, que Miki te buscaba. –Me dio un beso en la mejilla y se fue sonriendo-.
Decidí mandarle un whatsapp a Dani: “Cariño, no hace falta que me pongas guardaespaldas… Estoy bien J Te quiero. Oye, ¿qué es eso de momento Dani y Flo?”
“Ya lo sé, pero me quedaba más tranquilo… Ya lo verás ;) Te quiero cosita!!”
Sonreí y me guardé el móvil en el bolso, ya quedaba poco para el directo…

Me fui un rato a la redacción, siempre me divertía allí viendo como editaban los vídeos, me parecía súper difícil… Entonces fue cuando vi que en uno de los ordenadores estaban poniendo el vídeo de Dani y Flo que acababan de recibir. Salían ellos mandando saludos a todos, diciendo que se nos iba a echar de menos y cosas así, lo típico; pero Dani salía por detrás mandado saludos a las chicas del programa. Era una tontería, pero cuando escuché ese “Y a Cristina Pedroche, un salu… besos” se me removió algo por dentro. Qué mono era…

Nos avisaron de que quedaban quince minutos y nos fuimos todos para el plató, Berta no estaría porque tenía que grabar su nuevo programa de Neox, pero teníamos entendido que a lo mejor le daba tiempo a llegar a la mitad más o menos.
Empezamos el programa y estábamos todos con los ojos vidriosos, pero conseguimos no llorar hasta el final, aunque a mí se me escapó la lagrimilla cuando entró Berta, no pude evitarlo…
Al acabar el programa había un montón de fans esperando fuera, y aunque no me sentía con fuerzas para fotos, saludos y sonrisas, intenté hacerlo por ellos. De tanto fingir llegó un momento que empecé a encontrarme mal y Dani Mateo lo notó.
-Cristina, vete para dentro y relájate ¿vale? –Asentí con la cabeza-.
-Gracias…
-Gracias por nada, tonta. Pero ve dentro y luego te acerco a casa.

Me encerré en mi camerino y me puse a escuchar música en mi móvil. Al rato me llamó Dani y estuvimos un buen rato hablando por teléfono, simplemente hablando. De nada en concreto, tonterías… Patri llamó a la puerta y le dije que pasara.
-Amiga, que nos vamos a ir todos a cenar luego cerca del retiro. ¿Te apuntas, no?
-¡Claro! Ahora Mateo me llevará a casa y me cambio y todo eso…
-Vale, pues luego paso a por ti y vamos juntas. –Sonreímos y se sentó a mi lado-. ¿Estás bien?
-Sí… Estoy triste, pero es normal. –Me puso una mano en la rodilla-.
-Yo también, aún no asimilo que esto se acabe, pero bueno… Yo siempre voy a estar aquí, ¿lo sabes, no?
-Lo tengo muy claro… Me has ayudado mucho durante estos meses Patri. Y soy lo que soy gracias a ti, sobretodo.
-Nah, nah, no seas exagerada… -Nos reímos y la miré a los ojos-.
-Por cierto… Tengo que contarte algo.
-Tú dirás.
-Pues verás… Aún no es público ni nada de eso, pero el programa de Flo también se acaba a finales de junio y ellos ya tienen un proyecto nuevo, con el mismo equipo, pero en Neox… Y bueno, Flo me ha ofrecido que sea la reportera de su programa y he dicho que sí. –Sonreí y me cogió las manos-.
-¿En serio? ¡Cris, eso es genial! Ya verás… Trabajar con Flo es increíble, no te aburres nunca… Y además estarás con Dani ¿no?
-Sí, también… La verdad es que tengo muchas ganas, empezamos en agosto.
-Ala, qué pronto, amiga… Qué bien. Me alegro un montón por ti.
-Muchas gracias Patri.

Estuve un rato más hablando con Patricia y Dani me avisó para que nos fuéramos. Me dejó en casa y tenía dos horas para arreglarme, así que llamé a Dani otra vez.
*Pequeña, hola otra vez. ¿Cómo estás?*
*Pues bien, estoy un poco cansada…*
*¿Pero te encuentras bien, no?*
*Sí, sí, no te preocupes cielo. Te llamaba para decirte que me voy a cenar con los del programa y eso, y supongo que acabaremos tarde… ¿Quieres que quedemos mañana?*
*Vale… Pues ya mañana vemos. Me va a costar dormir sin ti hoy*
*Jajajajaja, podrás soportarlo… A mí me costará menos porque mi almohada todavía huele a ti, cosa que intento que mi madre no descubra*
*Qué tonta… Bueno mi niña, te tengo que dejar que estoy de reunión ¿vale? Mañana nos vemos bonita. Te quiero*
*Vale amor, te quiero*
A las nueve y media pasó Patri a por mí y fuimos a cenar. Estuvimos toda la noche riéndonos y luego fuimos a un pub de Madrid a tomar algo todos juntos. Cuando llevábamos media hora más o menos allí, alguien me dio en el brazo y me giré a ver quien era, pero no le conocía.
-Tú eres Cristina Pedroche ¿verdad? –Sonrió como si se alegrara de verme y yo asentí extrañada-.

jueves, 26 de julio de 2012

CAPÍTULO 26: THE LAST ONE (PARTE 1)

http://www.youtube.com/watch?v=u86VdOc3asA
Veinte de mayo de dos mil once. Un día duro, horrible, espantoso.
El día en el que acababa una de las dos mejores cosas que tenía en la vida, Sé lo que hicisteis. Por suerte, a la otra la tenía al lado mío durmiendo plácidamente.
Podría haberme quedado allí con Dani toda la vida, pero necesitaba hacer algo, despejarme… Me levanté y fui a la cocina a prepararme un café con una tostada. Últimamente le estaba haciendo caso a Dani y me esforzaba por comer más, al ver que el grado de mi enfermedad había descendido también estaba más animada y solo me daban esos terribles mareos cuando me ponía muy nerviosa o las pocas veces que Dani y yo discutíamos, siempre por tonterías.
Llevábamos ya varios meses juntos y no veía la manera de vivir sin él, ni él sin mí. Está claro que no podía meterme en su cabeza a ver lo que pensaba pero en el fondo de mi corazón sabía que así era.
Pensando todo esto terminé de tomarme el desayuno y vi que todavía eran las ocho y media de la mañana, no tenía que llegar al programa hasta las once y no iba a hacer que Dani se levantara pronto, así que cogí su ordenador y me senté en el sofá.
Estuve un rato en twitter, pero llegaba a ser muy desagradable… Desde que publicaron aquellas fotos en Cuore era horrible estar demasiado tiempo en leyendo mis menciones, muchísima gente me criticaba y me insultaba solo por el hecho de ser su novia. Me metí a la página web de Cuore y volví a ver nuestras fotos, se veían fatal, pero nos habían pillado de lleno y se notaba que éramos nosotros.
Inconscientemente entré a Youtube y empecé a ver vídeos de SLQH. A la media hora ya estaba llorando a más no poder. Me llevé las manos a la cara pero las lágrimas eran demasiado grandes, fue de estas veces que lloras y las lágrimas te caen por el cuello y la barbilla… Creo que no hay nada más desagradable.
Sin poder controlar las lágrimas me dirigí hacia el baño para lavarme la cara, creo que empezaba a ser consciente de que se acababa para siempre, de que no volvería a trabajar con ellos, en el mismo plató, con las mismas risas, con las mismas tonterías… Una de las cosas que más me dolían era saber que no vería casi nada a Patricia. Ella se iba a Mallorca con su novio y yo me quedaba en Madrid. Al menos tenía asegurado que trabajaría con Flo en el nuevo programa, eso era lo único que me animaba…

Abrí el grifo del agua fría y metí las manos debajo de él para llevármelas a la cara, pero no conseguía parar las lágrimas, sólo disimularlas. Escuché ruidos fuera y cerré la puerta con pestillo. Dani se habría despertado.
No quería que me viera así, no me gustaba porque sabía que él también lo pasaba mal, pero mis sollozos se escuchaban desde el salón y no tardó en llamar a la puerta.
-Cris, mi amor, ¿qué te pasa? ¿Eres tú? –No contesté, pero no se dio por vencido intentado abrir la puerta- Ábreme Cris, por favor te lo pido…
-Me estoy duchando, ya salgo. –Intenté sonar convincente pero no coló-.
-Venga, que te conozco y estás llorando. Ábreme la puerta, ya.
-No me pasa nada Dani, en serio, no te preocupes.
-Cristina, o abres la puerta o te juro que la tiro abajo. –Ese “Cristina” me hizo saber que tenía que abrir, solo me llamaba así cuando estaba muy serio-.
Me miré al espejo una última vez, tenía los ojos y los labios hinchados de tanto llorar, pero Dani solo quería ayudarme y yo necesitaba que lo hiciera.
Me senté en el váter y abrí el pestillo colocándome las manos sobre la cara intentando evitar que Dani me viera así. Entró y se puso en cuclillas en frente de mí, acto seguido me quitó las manos de la cara y nos miramos a los ojos. No se lo pensó ni medio segundo y me abrazó. Estuvo como diez minutos acariciándome el pelo y consiguió que dejara de llorar sin pronunciar ni siquiera una palabra. Me cogió en brazos y yo escondí mi cabeza en su cuello agarrándome fuerte a él para no caerme. Me sentó encima de él en el sofá y seguí con la cabeza apoyada en su pecho.
-Dani… Hoy se acaba, se va todo a la mierda… -Empecé a llorar otra vez y se me nubló la vista, estaba muy nerviosa y no quería volver a marearme. Cerré fuerte los ojos e intenté apretar la mano de Dani, pero no tenía fuerza- Dani, no te asustes ni nada de eso, pero me estoy mareando. –Volví a intentar apretar su mano pero no podía y empezaba a faltarme la respiración-.
-¿Qué? ¿Cómo que no me asuste? –Tenía mucho calor, pero no quería separarme de Dani. Sentí un pinchazo en el pecho y me encogí de dolor-.
-Dani…
-Cris, tranquila, escúchame, ¿me oyes?
-Sí –Le escuchaba de lejos. Me sentó en el sofá y se puso en frente mío-.
-Mírame, abre los ojos. –Negué con la cabeza y me dio en la cara para que me espabilara- Cristina, abre los ojos, vamos.
-Tengo calor. –Abrí un poco los ojos y le sostuve la mirada unos segundos, luego volví a cerrarlos-.
Dani me cogió todo el pelo y me lo aguantó con una mano a modo de coleta mientras me soplaba en la cara, al cabo de un rato me encontré mejor y pude abrir los ojos poco a poco, la luz me cegó y Dani se sentó a mi lado.
-¿Mejor?
-Sí… Lo siento, es que estoy nerviosa.
-¿Cómo que lo sientes? No seas tonta, mi niña. Venga… ¿Crees que puedes levantarte?
-Creo que sí. –Me levanté muy despacio agarrando fuerte a Dani y sonreí-. Sí.
-Cris, por favor… Dime que hoy vas a estar tranquilita, no te pongas nerviosa, tienes que pensar en cosas buenas ¿vale? Piensa en mí, en cuando nos besamos, cuando te obligo a que comas para que estés bien o en aquella vez haciendo el amor en un baño incómodo del cine porque ninguno de los dos podíamos esperar… -Sonreí sonrojándome y le rodeé la cintura con mis brazos-.
-Vale, te lo prometo.
-Si no, voy a tener que llamar a Patricia y contarle qué te pasa…
- No Dani, ni se te ocurra… Te lo he prometido ¿vale? Voy a estar bien. –Se rió y me acarició la cara-.
-Vale, muñeca… -Puso media sonrisa y se quedó muy cerca de mis labios-.
-¿No piensas besarme? –Sonreímos y juntó sus labios con los míos en un suspiro. Estuvimos un rato besándonos hasta que se separó acariciándome los brazos-.
-Va, vístete bonita, que al final no llegamos.
-¡Voy! –Sonrió y me di la vuelta para irme, pero me volví hacia él y le agarré de la nuca mirándole a los ojos-. Dani, no me dejes nunca. No quiero que esto acabe nunca, no podría superarlo.
-¿Estamos juntos, no? Eso es lo que importa ahora y no tienes que preocuparte por nada más. –Asentí sonriendo y me di la vuelta, pero me cogió del brazo-. Te quiero ¿lo sabes, verdad? –Me acerqué a él y le besé en los labios-.
-Lo sé, mi vida… Lo sé.

martes, 24 de julio de 2012

CAPÍTULO 25: OBJETIVO CONSEGUIDO



-¿Qué pone? –Cerré los ojos apretando los párpados y le cogí una mano-.
-Cris, ¡mira! –Me enseñó el papel-. ¡2,5! ¡Eso es que estás mejor! –Me llevé las manos a la boca y le abracé todo lo fuerte que pude, él me estrechó entre sus brazos y le mordí el cuello a modo de broma muy fuerte-. ¡Ay, serás bestia!
-No, ¡soy feliz, joder! –Volví a abrazarle y él se rió-.
-Pero Cris… -Me separó y me cogió la cara entre sus manos-. El grado normal es 0,4 así que aunque te haya bajado un poco tienes que cuidarte, ¿vale?
-Pues no te vayas, nunca. –Puse mis brazos alrededor de su cintura-.
-¿Cómo?
-Sí… Siempre oscilaba entre el 0,7 y el 1, pero cuando pasó todo lo de Miguel me subió a 2,7…
-Vaya un desgraciado. –Dani apretó los dientes y me acarició las mejillas-. Pero ha bajado, ¿ves? Es una prueba de que ya no está.
-No, Dani. Es una prueba de que tú estás. –Me pegó a él abrazándome y yo sonreí mientras cerraba los ojos. Nos separamos, porque estábamos en la puerta del hospital todavía y fuimos hacia su coche-.
-Mierda… Cris, se me han olvidado las llaves de casa en el plató, ¿te importa que vayamos un momento?
-Claro que no, vamos. –Sonreímos y me acarició el muslo-.
-Pues espero que quede alguien, porque no tengo llave del plató. Seguramente estará Flo todavía.

Llegamos allí y como Dani había dicho, estaban Flo y Anna. Ella estaba haciendo gestos de sorpresa y se abrazaron riendo. Dani y yo fuimos hacia ellos.
-¿Pero qué pasa por aquí, y esa felicidad? –Anna tiró a abrazar a Dani-.
-¡Daniel, que ya tenemos programa nuevo! En Antena 3, y con el mismo equipo, y… y…
-A ver Annita, cálmate… -Yo me reí y Anna me dio dos besos muy simpática saludándome-. ¿Es eso verdad, Flo?
-Pues sí tío, eso parece. –Se dieron un abrazo-. Bueno Dani, ¿y para cuándo las presentaciones oficiales? –Me señaló y me reí-.
-Pero si ya la conocéis, cansinos…
-Sí, pero no como tu novia. Parece que el pelopincho ha sentado la cabeza. –Anna le revolvió el pelo y él se rió mirándome a los ojos-.
-Pues sí, eso parece… -Sonreí y Dani me cogió la mano-. Bueno, nosotros vamos dentro que me he dejado las llaves.
-Espera, espera. Cris, ¿puedo hablar contigo un momento? –Me pareció raro que Flo quisiese hablar conmigo, pero vamos, que yo encantada-.
-Claro que sí. –Sonreí y me fui con él a lo que ellos llamaban “Flocución”-. Dani, espérame en el coche.

Entramos por los pasillos del plató de su programa y al entrar me senté en el sofá.
-Tú dirás…
-Verás Cris… En el nuevo proyecto que estamos preparando no estará la reportera que tenemos actualmente en TLJ, y ahora mismo en televisión, para mi gusto, eres la mejor reportera que hay, y además yo no te conozco pero sé de buena tinta que eres buena chica. Dani no se había enamorado de nadie hasta ahora ¿sabes? –Agaché la cabeza sonrojada y sonreí-. Por eso quería proponerte que fueras la reportera de este nuevo programa con nosotros, ya que el Selo también se acaba… ¿Qué me dices?
-Dios… Pues… Yo… Es que ahora mismo me has dejado a cuadros.
-Jajajaja, no pasa nada, ya lo imaginaba. Tú piénsatelo y al final de esta semana me dices algo ¿vale?
-Vale, muchas gracias Flo. –Sonreí y me dio un abrazo cariñoso-.
-Nada guapa, gracias a ti.

Salí de allí y me monté en el coche de Dani. Apoyé la cabeza en el asiento y suspiré.
-¿Qué quería Flo? –Me senté de lado y nos miramos a los ojos-.
-Flo quiere que sea la reportera de vuestro nuevo programa. –No sabía como iba a reaccionar Dani, si le gustaba la idea de verme todos los días, pero por suerte reaccionó bien-.
-¡¿En serio?! ¿Y qué le has dicho? ¿Que sí? ¿Te voy a ver todos los días? –Me reí y le cogí las manos-.
-Aún no le he dicho nada, tengo que decidirlo esta semana. ¿A ti qué te parece?
-¿A mí? Pues que sería perfecto. –Sonrió ampliamente-.
-Pues creo que ese era el empujoncito que me faltaba. –Sonreí y me senté bien-. Hablaré con mis padres y todo eso, y con Patri… Pero creo que voy a aceptar.
-Pues ala, ya tenemos doble motivo de celebración. ¿Quiere la señorita ir al cine?
-Pues si me invita el señor, me encantaría, porque ahora mismo estoy sin blanca.
-No se preocupe usted, que mientras salga con un servidor no le va a hacer falta dinero.

Nos reímos y entre tonterías y piques absurdos llegamos al cine. Elegimos rápido la película y entramos al cine. Era un día de semana y estábamos solos en la sala.
A los veinte minutos de película empecé a aburrirme y cogí el brazo de Dani para hacerle cosquillas en él. Se erizó y me reí.
Paré cinco minutos y le di un beso en la mejilla sentándome de lado en el asiento.
-Dani, me aburro…
-Mira la peli anda, que no está tan mal. Además, ya le quedará poco. –Asentí con la cabeza sonriendo y coloqué mi mano en su barriga. Le subí un poco la camiseta y le hice cosquillas ahí. Bajé hasta debajo de su ombligo y le acaricié en el límite de su pantalón-. Cris…
Me reí flojito al ver que se ponía nervioso y metí la mano en su pantalón despacio. Él la sacó y me atrajo hacia él para que me sentara encima. Me senté de lado encima suyo y me acarició la pierna lentamente.
-Quédate aquí, pero estate quietecita que luego siempre me dejas igual.
Volví a reírme y le mordí suavemente la oreja. Escondí mi cabeza en su cuello y dejé que me acariciara mientras yo dejaba besos lentos en su cuello.
-Dani… -Le susurré y me miró-.
-¿Qué pasa ahora? –Sonrió y le acaricié el cuello con un dedo-.
-Dame un beso, porfa.
-No niña, que te calientas y la liamos aquí…
-Venga, solo uno, que te prometo que no.
-Bueno… Pero luego no sigas, eh. –Le miré pícara y me dio un beso lento y demasiado corto, para mi gusto, en los labios. No le hice caso, evidentemente, y agarré su labio entre mis dientes sonriendo. Pegué de nuevo sus labios a los míos y él se separó-. Cris, que no… -Me senté encima de él pero ahora de frente, con una pierna a cada lado de las suyas y le susurré al oído-.
-Dime que no te da morbo, y paro.
-Joder… -Me pegó a él de la cintura y me besó ferozmente, yo sonreí. Había conseguido lo que quería. Metió las manos debajo de mi camiseta y yo empecé a moverme encima de él-. Cristina, por favor…
-Cállate y disfruta. –Seguí rozando su cuerpo con el mío pero se me ocurrió algo mejor-. Voy al baño. –Le guiñe un ojo y bajé los escalones del cine metiéndome a un baño que había dentro de la sala. No pasó ni un minuto hasta que llegó él y me mordí el labio-.
Puso el pestillo aunque estuviéramos solos en la sala y me senté sobre el lavabo. Abrí un poco las piernas y se colocó en medio.
-Procura no gritar mucho Pedroche, porque te vas a enterar.
-A ver si es verdad…
Le quité la camiseta para sentirle más cerca de mí y poco a poco nos fuimos desnudando. Los dos estábamos ya muy contentos por lo que había pasado arriba, así que no tardó en empezar a hacerme el amor.
Como había dicho, me costó contenerme y lo acabó pagando él con mis mordiscos en su cuello y en su hombro. Me pegó muy fuerte a él y se le escapó un gemido.
-Al final te ha costado más contenerte que a mí. –No sé ni como conseguí decir esta frase entera de lo acelerados que seguíamos-.
-Claro, porque yo no te he matado a mordiscos… -Me ayudó a bajar del lavabo pero me agarré a él porque aún me temblaban las piernas. Lo notó y se rió-.
-¿Tú de qué te ríes? Idiota… -Puse morritos y me dio un beso en los labios-.
-De lo bonita que eres. Siempre acabas saliéndote con la tuya, eh…
-Si te ha encantado, admítelo.
-¿Contigo? Siempre. 

lunes, 23 de julio de 2012

CAPÍTULO 24: LAS PRUEBAS



En el tiempo que Dani se duchaba llamaron al timbre. Yo seguía en la cama desnuda, así que me puse mi ropa interior y la camisa de Dani porque no encontraba mi camiseta y fui a abrir.
-¡Cristina! Menos mal que estás en casa… -Era mi vecina-.
-Sí, me queda aún un ratito para irme a trabajar. –Le sonreí y vi como miraba raro la camisa que llevaba-.
-Verás… Tengo una reunión importante y no puedo llevar a Lydia al colegio, y como a ti te pilla de paso…
-Claro, claro, tranquila que yo la llevo. –Me sonrió y me dio un apretón en el brazo-.
-Ay, mil gracias de verdad, es que se me ha complicado la mañana. Ahora te la mando que está desayunando. Muchas gracias bonita. –Sonreí y cerré la puerta-.
Me miré en el espejo de la entrada y vi que tenía un chupetón de Dani en el pecho. Joder, se veía muchísimo… Le esperé haciendo la cama y ordenando un poco la habitación. Abrí las ventanas para airearla y en ese momento salió de la ducha con una toalla a la cintura. Me acerqué a él, me desabroché un botón de su camisa y me bajé un poco el sujetador.
-Dani, joder, mira esto. –Se rió y se acercó a mí-.
-¡Hostias nena! ¿Eso he sido yo?
-No, ha sido mi prima la de Cuenca, si te parece… -Me acarició con dos dedos donde tenía el chupetón y a mí me dio un escalofrío. Se acercó a mi oído y me susurró-.
-Eso es una prueba de todo lo que te he hecho disfrutar hace a penas una hora, bonita. –Sonreí al notar su mordisco en mi oreja y le di en el brazo-.
-Qué bobo eres… -Llamaron al timbre y fui a abrir, era Lydia-. Por cierto cari, tenemos que llevar a esta al cole… Está yendo hacia Globomedia, ¿te importa?
-Sin problema. –Abrí la puerta y se me tiró al cuello diciéndome que tenía ganas de verme-.
-Pequeñaja, yo me voy a duchar, así que te quedas con Dani un momento ¿vale?
-Vale, pero dile que imite a los de los dibujos animados, que si no me aburro…
-Tú díselo, que seguro que quiere imitarlos. –Pasé por al lado de Dani tirándole su camisa a la cara sin que Lydia lo viera y le guiñe un ojo-. La verdad es que ha merecido la pena la marca comparado con lo que me has hecho sentir.
-Hay una niña de cuatro años delante y tengo que contenerme ahora mismo, que si no…

Me fui hacia el baño contoneándome y riéndome delante de él y me duché rápidamente para no llegar tarde a trabajar. Cuando salí de la ducha me vestí con una camiseta sin mucho escote, por culpa de Dani, y salí a ver qué hacían Dani y Lydia.
Él estaba sentado en el sofá y ella estaba en sus rodillas jugando con su barba. Me reí al verlos y Dani me lanzó una mirada de auxilio.
-Lydi cariño, ¿has desayunado o tienes más hambre?
-Hmmmmm… ¿Tienes napolitanas?
-No, se las llevó Irene ayer.
-¿Irene es esa que dice muchas palabrotas? Pues dile que no se las lleve que entonces no quedan para mí. –Me reí y le hice cosquillas-.
-Vale, la próxima vez le digo que coja solo una.
-Cris, yo me quiero ir contigo a tu programa y quiero conocer a Patricia ¿vale? ¿Me la vas a presentar? –Se le iluminaron los ojos y me agaché a su altura poniéndole bien una de sus dos trenzas-.
-Hoy no, porque tienes que ir al cole, pero un día te la presento, ¿vale?
-Vale, pero que sea pronto que mi mami dice que tu programa se acaba porque lo ha leído en el tritrer, o algo así… -Me reí y terminé de hacerle la trenza-.
-En el twitter será, ¿no? Anda vámonos, que vas a llegar tarde y tu profe se enfada.

Me levanté del suelo y fui a la habitación a por mi bolso, Dani llegó y me abrazó por detrás dándome un beso en el pelo.
-Cuando seas mamá, serás la mejor de todas. –Me giré y le rodeé el cuello con los brazos-.
-Quita, quita… Que aún soy muy joven cari.
-Bueno, cuando sea, serás la mejor. –Sonreí y le acerqué a mí para besar sus labios tiernamente-. Cris… Esta tarde vamos al hospital, ¿vale? –Agaché la cabeza y asentí-. Y come  bien hoy en el programa…
-No, si hoy tengo que estar en ayunas hasta que me hagan las pruebas.
-Pues por hoy tienes excusa, pero ya sabes… -Asentí y volví a besarle pero me separé al ver a Lydia en la puerta esperando-.
-Vamos, anda, que vamos a llegar tarde.

Cogimos el coche y dejamos a Lydia en el colegio, después de prometerle otra vez que la llevaría a conocer a Patricia.

Dani aparcó en Globomedia y nos tuvimos que despedir rápido porque él llegaba tarde, pero a los pocos minutos de irse con el coche me llegó un whatsapp suyo: “Deja de pensar en las pruebas porque va a salir todo perfecto. Perfecto como tú. No estés rayada hoy y disfruta del programa, que yo haré lo mismo… A los dos nos quedan dos telediarios, Pedroche. Acabamos de despedirnos, ¿y qué? Sé que te hacen ilusión estas tonterías ñoñas… Te quiero, mi princesa”
Sonreí y me senté en el sofá de mi camerino… Dani no podía ser más perfecto, le adoraba. Pero cuando lo pensaba fríamente… Los ‘para siempre’ no existen, ¿no? Ojalá que en nuestro caso fuera diferente, porque se me hacían eternas las horas que no pasábamos juntos.

Nos llamaron a la una para una reunión y nos comunicaron que definitivamente el programa acabaría en el número 1010. Tuve un nudo en la garganta todo el día… Sólo me quedaban 10 programas…
Hicimos el primero de esos diez lo mejor que pudimos, pero se podía notar que estábamos tristes, aunque Patri siempre estaba ahí para animarnos con su sonrisa.
A las seis en punto Dani pitó con el coche y salí fuera despidiéndome de todos, pusimos rumbo al hospital.
Durante el trayecto yo iba callada jugando con el asa de mi bolso, no podía con los nervios.
-Tranquila nena, que ya verás como todo va a estar bien. –Sonrió y puse media sonrisa que quedó en una mueca extraña-.
Llegamos al hospital y pregunté por el Doctor Zamora, que me había tratado desde pequeña. Dani tuvo que quedarse fuera porque tenían que hacerme una resonancia magnética, así que mis nervios iban en aumento.
A los tres cuartos de hora salí con el sobre del resultado de las pruebas en la mano y me tiré a abrazar a Dani llorando. Aún no lo había mirado, pero no tenía buen presentimiento…
-Dani… Me han dicho que al pasar los veinte años tengo que hacerme las pruebas cada tres meses… Joder, no quiero. –Me abrazó y me acarició el pelo-
-Pues yo voy a estar contigo siempre, ¿me oyes? Siempre que tú quieras. Pero Cris… tienes veintidós años, ¿llevabas dos años sin hacértelas?
-Sí, pero bueno, que eso da igual… Toma. –Le di el sobre-. Míralo tú.
-Vale… ¿Cómo va esto?
-Pues pondrá un número que indica el grado. La última vez iba por el 2,7 y para que mejore tiene que bajar, si ha subido es que estoy peor.
-Vale… -Suspiró y abrió el sobre-. Cris…